En relación con la reciente publicación de la Guía Farmacoterapéutica del Servei Català de la Salut (SCS), la Sociedad Española de Arteriosclerosis (SEA) ha
considerado oportuno efectuar unas puntualizaciones de indudable interés práctico para los médicos asistenciales que utilizan y prescriben fármacos
hipolipemiantes.
Las interacciones farmacológicas ocurren con cierta frecuencia en pacientes polimedicados, pero una gran parte de éstas pasan desapercibidas debido a que,
por regla general, los fármacos tienen un amplio margen de seguridad, o bien porque los cambios en sus concentraciones son pequeños si los comparamos con la
variabilidad de respuesta clínica. Con excepción de las debidas a un mecanismo de idiosincrasia, las interacciones medicamentosas tienen una base farmacocinética
y/o farmacodinámica, por lo que suelen ser predecibles, y por tanto evitables.
Determinadas situaciones clínicas requieren la utilización de múltiples fármacos en aras de conseguir una mayor eficacia terapéutica. En este sentido, y
específicamente en el área cardiovascular, un paciente que ha presentado un infarto de miocardio deberá ser tratado, si no hay contraindicación, con aspirina,
un beta-bloqueante, un inhibidor de la enzima conversora de la angiotensina y una estatina, además de las terapias complementarias requeridas en función de la
existencia de otras comorbilidades. Los dos principales mecanismos que ayudan al médico a obtener un perfil de seguridad óptimo en sus pacientes son la
prescripción de fármacos que minimicen el riesgo de efectos adversos, especialmente los debidos a interacciones fármaco-fármaco, e instruyendo a sus
pacientes acerca de las potenciales interacciones farmacológicas con los fármacos hipolipemiantes en el caso que nos ocupa.
En dicha guía farmacoterapéutica del SCS se especifica que los fármacos incluidos se seleccionaron de acuerdo al beneficio terapéutico según los criterios de eficacia,
seguridad, conveniencia y coste-efectividad.Respecto al uso de Simvastatina, la SEA tal y como hizo la Food and Drug Administration (FDA) de los Estados Unidos en base al análisis de seguridad
del estudio SEARCH, recomienda que se tenga en consideración su perfil de interacciones medicamentosas, contraindicando la utilización de la dosis de 80
mg/día por el elevado riesgo de miotoxicidad.
Respecto al uso de Lovastatina, dado que sus propiedades fisicoquímicas y farmacocinéticas son similares a la Simvastatina, la SEA reafirma las
declaraciones de la FDA, recomendando que se valore con cautela su perfil de interacciones medicamentosas que pudiera derivar en un aumento de episodios adversos.
Por último, la guía farmacoterapéutica sólo reconoce como fibrato de referencia al gemfibrozilo.
La SEA quiere aclarar que al elegir un fibrato en el momento de la prescripción, es importante tener en cuenta que el gemfibrozilo inhibe la
glucoronidación de las estatinas, con el consiguiente aumento de sus concentraciones plasmáticas y una mayor probabilidad de aparición de
efectos adversos, muy especialmente de rabdomiólisis. En cambio, el fenofibrato no presenta ninguna interacción significativa con las estatinas y
no incrementa el riesgo de hepatotoxicidad, ni de miotoxicidad, por lo que será el fibrato de elección en la práctica clínica, cuando esté indicado instaurar la
terapia combinada con estatinas. Es recomendable en estas situaciones administrarlos en tomas separadas 12 horas, las estatinas por la noche, y los
fibratos por la mañana. El paciente deberá estar instruido sobre los síntomas de una posible miopatía.
En definitiva, la SEA quiere enfatizar la necesidad valorar cuidadosamente el perfil de interacciones farmacológicas al diseñar el tratamiento hipolipemiante. Ello, sin
duda alguna facilitará la consecución de los objetivos terapéuticos marcados porlas recomendaciones nacionales e internacionales sobre el manejo de la dislipemia.
La SEA reafirma la necesidad de prescribir y realizar el tratamiento hipocolesterolemiante indicado para obtener los objetivos terapéuticos según las
recomendaciones internacionales sobre el manejo de la dislipemia. El grado actual de consecución de objetivos, inferior al 50% es altamente preocupante, y la
mejoría de este índice sin duda alguna redundará en el control de la epidemia de la enfermedad cardiovascular en nuestro país.
Sociedad Española de Arteriosclerosis
Junio de 2012