Tras un estudio entre pediatras de Madrid, el Observatorio Pediátrico de Atención Primaria ha alertado del deterioro de la asistencia sanitaria en torno a esta población, que puede desembocar en un empeoramiento significativo del estado de salud de los niños madrileños.

Madrid, 6 de julio 2012 (medicosypacientes.com)

El Observatorio Pediátrico de Atención Primaria (AP), constituido hace un año por las Sociedades Científicas de Pediatría de Madrid (la Sociedad de Pediatría de Madrid y Castilla-La Mancha –SPMYCM–, La Sociedad de Pediatría Extrahospitalaria y de Atención Primaria –SEPEAP–  y la Asociación Madrileña de Pediatría de Atención Primaria –AMPap–), la Asociación de Médicos y Titulados Superiores de Madrid (AMYTS) y pediatras miembros de la Mesa de Atención Primaria del Colegio de Médicos, ha evaluado cómo está afectando la crisis económica a la asistencia pediátrica en la Comunidad de Madrid. “Las medidas aprobadas pueden desembocar en un empeoramiento significativo del estado de salud de los niños madrileños”, han declarado unánimemente sus representantes.

Los miembros del Observatorio alertan de que las recientes medidas aprobadas por el gobierno de la Comunidad de Madrid “están recayendo sobre la población infantil y juvenil de forma injusta y exagerada”. Asimismo, sostienen que “son  medidas de extrema dureza que solo conseguirán el progresivo deterioro de la calidad de la asistencia pediátrica y, por lo tanto, de la salud de los niños madrileños”.

Ante esta situación, los pediatras de Atención Primaria “consideramos necesario exponer estos hechos ante la opinión pública, con el objetivo de hacer reflexionar a las autoridades sobre si las medidas que están tomando son las más justas y adecuadas para superar la crisis”, han declarado los portavoces del Observatorio Pediátrico.

En este contexto, para conocer cómo está afectando la crisis a la asistencia pediátrica, se ha llevado a cabo unsondeo, “los pediatras observamos con alarma el deterioro que se está produciendo en la calidad asistencial por una serie de motivos, entre los que cabe destacar: Dificultades económicas de las familias; Aumento de la patología psicosocial como consecuencia de las dificultades económicas y laborales en las familias; Dificultad para adquirir medicamentos, principalmente para enfermedades crónicas.; Dificultad para adquirir alimentos adecuados para la edad infantil, fundamentales en este periodo de crecimiento.

Asimismo, se detecta Falta de asistencia a revisiones y citas programadas derivada de la situación de precariedad laboral de los padres; Bajas en seguros médicos privados y trasvase de pacientes a la sanidad pública, con la consiguiente sobrecarga en las consultas y deterioro en la atención médica como consecuencia de la mayor presión asistencial; y Desigualdad en el acceso a una atención pediátrica de calidad y a tratamientos adecuados

En cuanto a la repercusión de los recortes en materia sanitaria, está produciendo, según sus datos: Retirada de la financiación de productos sanitarios necesarios para la prevención o el correcto control y tratamiento de determinadas enfermedades (algunos dispositivos para la administración de medicamentos para el asma, vacuna conjugada antineumocócica…); Sobrecarga asistencial motivada por cupos excesivos, falta de suplentes y aumento de niños provenientes de la sanidad privada; y Gran desmotivación de los profesionales por la continua falta de consideración a su trabajo, agresión a sus condiciones laborales y pérdida significativa y progresiva de sus retribuciones en mayor medida que otros trabajadores públicos.

El Observatorio Pediátrico ha recordado otras circunstancias previas a las medidas aprobadas por el gobierno y que definen como “crónicas”: El elevado número de niños no atendidos por pediatras; La dificultad para realizar nuestras funciones formativas, docentes e  investigadoras dentro de nuestro horario laboral, que obliga a prolongar nuestra jornada de trabajo más allá de las 37,5 horas semanales establecidas legalmente; y La escasez de recursos formativos específicos para los pediatras, que puede incluso empeorar ante la anunciada desaparición de la Agencia de formación sanitaria Laín Entralgo.