Aún no se conocen ni el origen ni su progresión, como tampoco por qué es más frecuente en mujeres

La artrosis, cuyos principales efectos son el dolor y la limitación de movimientos, no es una enfermedad hereditaria ya que no cuenta con un patrón hereditario fijo, pero sí con un componente de riesgo genético. Éste hace que, junto a otros factores, aparezca con más frecuencia en las personas que tienen una historia familiar. Según Antonio González, del servicio de reumatología del Hospital Clínico Universitario de Santiago de Compostela, “es improbable que en el futuro se encuentren biomarcadores genéticos de riesgo de padecer artrosis que tengan valor en la práctica. No obstante parece factible que sí se localicen algunos que sean útiles para predecir la progresión o el dolor. Los estudios genéticos en este campo, apuntan a que en una familia tiende a verse el mismo tipo de artrosis”.

Esta enfermedad tiene un gran impacto en el entorno familiar y, además, conlleva importantes gastos sociales. Se calcula que afecta a unos siete millones de ciudadanos en nuestro país.

Según un estudio realizado por la Sociedad Española de Reumatología, el 10’2% de los españoles mayores de 20 años tienen artrosis con dolor crónico en las rodillas. Además, el 6’2% tienen artrosis de manos, y en porcentajes menores en otras localizaciones como cadera o columna. La artrosis es excepcional en algunas articulaciones como la del tobillo por causas desconocidas. Estas cifras no reflejan bien su impacto en los grupos de edad más avanzada, pues esta patología es rara por debajo de los 50 años y se va haciendo más frecuente conforme se envejece. Así, algo más de un tercio de los españoles de entre 70 y 80 años tienen artrosis dolorosa de la rodilla y más del 20% de manos. Esta alta frecuencia no está distribuida por igual entre hombres y mujeres, pues es más frecuente en ellas. La diferencia es muy marcada en la artrosis de manos que es casi cinco veces más frecuente en las mujeres. En otras articulaciones la diferencia es de dos o tres veces. Estas cifras tan elevadas hacen que la artrosis sea la segunda causa de incapacidad laboral en varones mayores de 50 años, sólo después de la cardiopatía isquémica. Una tercera parte de las personas con artrosis laboralmente activas está de baja. A partir de los 65 años ya no hay bajas laborales pero el peso de la artrosis como causa de incapacidad para desarrollar las actividades diarias aumenta, pasando a ser la primera causa.