Según el Grupo Español de Estudio de la Artritis Psoriásica (GEAPSOSER) de la Sociedad Española de Reumatología, el hábito tabáquico es un factor de empeoramiento en la respuesta a los tratamientos.
El consumo excesivo de alcohol y el tabaquismo aumentan el riesgo de desarrollar psoriasis y pueden reducir la eficacia de los tratamientos.
Hay formas de psoriasis muy conocidas clínicamente que están relacionadas con el excesivo consumo de alcohol. En algunos casos, reduciendo o eliminando el tabaco y el alcohol de los hábitos del paciente se consigue atenuar la intensidad de la psoriasis y que prácticamente «no requiera el tratamiento que se había previsto».
El tabaco influye en el desarrollo de la artritis prosiásica, y que es un «factor de empeoramiento en la respuesta a los tratamientos y que se asocia con un peor diagnóstico funcional, por lo que los pacientes terminarán con mayores secuelas». La obesidad y la hipercolesterolemia también son considerados «factores de riesgo importantes» de la psoriasis.
La psoriasis afecta en España a cerca de un millón de personas y a 125 millones de pacientes en todo el mundo. No se trata solo de una enfermedad de la piel, sino que en los casos graves se convierte en una patología inflamatoria a nivel general y, en un 30% de los casos, puede dar lugar a la artritis psoriásica.
El 30% de los pacientes se sienten infratratados
Un 30% de los pacientes no creen estar recibiendo el tratamiento que merecen, principalmente por desconocimiento, falta de información y por una falta de iniciativa «desde el punto de vista del control médico».
Si bien existe un acceso garantizado a las terapias, los recursos son «limitados» y deben ser «optimizados» para que todos los pacientes puedan estar tratados. Aún así, ha señalado que todos los casos de psoriasis deben ser «correctamente valorados» y que «la base del tratamiento correcto es la individualización de las terapias».
Por otro lado, la responsabilidad en el cuidado y en los tratamientos de la psoriasis no solo recae en los médicos, sino que los farmacéuticos también tienen un papel muy importante. Entre las tareas del farmacéutico se encuentran «facilitar información sobre los medicamentos, aconsejar pautas de higiene y cuidados cosméticos de la piel, ayudar a mejorar el cumplimiento y la eficacia de la terapia descrita, resolver dudas y desmentir conceptos erróneos adquiridos en otras fuentes no sanitarias».