Paco Martínez, fundador de la SEFAC y pionero de la atención farmacéutica, se planteaba una pregunta que conviene recuperar: ¿Para qué sirve un farmacéutico?. Parece una cuestión retórica, pero no lo es.

Los farmacéuticos comunitarios somos (aunque ha alguien le cueste creerlo) los sanitarios más cercanos a la población. La red de farmacias española garantiza un acceso de calidad, rápido, eficaz y en especial a la dispensación de medicamentos. Este hecho nos diferencia de otros países y nos pone como ejemplo de sistema sanitario y farmacéutico.

Nuestra profesión atraviesa un momento complejo. Se han aplicado medidas con distintas fórmulas que afectan a la equidad y calidad de la prestación farmacéutica. Algunos ejemplos de ello han sido los copagos, el euro por receta, las subastas andaluzas que generan desabastecimientos y discriminación para parte de la población y la entrega de medicamentos, sin una justificación sanitaria en hospitales o centros de salud, a pacientes que están en su hogar con el coste que para estos representa (¿es eficiente que un paciente se tengan que desplazar desde su casa hasta un hospital o ambulatorio para recoger un medicamento que pueden obtener en su farmacia?). ¿En qué contribuye esto a la sostenibilidad del sistema?.

Lo cierto es que los farmacéuticos estamos infrautilizados y seguimos sin estar suficientemente considerados como sanitarios y no solo por la Administración (un 50% de la población considera desaprovechados nuestros conocimientos y solo un 9% de los ciudadanos reconoce a la farmacia como un centro exclusivamente sanitario, a pesar de que evalúan con un notable alto su relación con los farmacéuticos). El estudio D-VALOR, el mayor realizado en farmacias en España hasta la fecha desvela otro dato relevante: el 43% de los pacientes que acuden a la farmacia a que les dispensen un medicamento con receta tiene carencias informativas sobre su tratamiento.

España será uno de los países más envejecidos del mundo (el 30% de la población tendrá 65 años o más en 2050), esto se traducirá en mayor morbilidad, cronicidad de enfermedades y polimedicación. La adherencia terapéutica será fundamental para la supervivencia del SNS en un momento en el que se estima que un 50% de los pacientes con enfermedades crónicas no cumple sus tratamientos y los costes derivados de la falta de adherencia superan los 11.000 millones de euros al año en España, por no hablar de los problemas de salud que esto ocasiona.

Los farmacéuticos debemos seguir apostando por una farmacia asistencial, más activa y comprometida con los pacientes y que cambie el protagonismo del producto por el conocimiento y así a afianzar nuestra labor científica y profesional como expertos en el medicamento.

¿Para qué sirve un farmacéutico? Los dos millones de personas que entran todos los días en las farmacias españolas lo saben: somos el profesional sanitario más accesible y cercano en quien confiar su salud.

(*) Jesús C. Gómez Martínez es el presidente de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC).