
Los estrógenos son responsables de que el estado de acidez varíe a nivel vaginal, por ello es importante mantener el equilibrio del ecosistema vaginal que supone nuestro medio de defensa frente a las infecciones externas, haciendo uso de productos para la higiene íntima que no alteren dicho pH.
El pH vaginal varía según las distintas edades de la mujer:
- En la edad fértil el pH vaginal es ácido: proporciona a diario una buena defensa y una protección natural.
- Durante los cambios hormonales (ciclo menstrual, embarazo, y después del parto) el desequilibrio de los estrógenos puede provocar variaciones en el pH y un mayor riesgo de infecciones.
- En edad preadolescente y en la menopausia el pH vaginal es neutro debido a la ausencia de estrógenos, disminuyendo así las defensas naturales y aumentando la aparición de infecciones.
Para asegurar una correcta higiene íntima se recomienda usar a diario un jabón específico que respete las defensas naturales y que posea un valor de pH coherente con cada etapa en la vida de la mujer;
a.- Infancia: las niñas deben aprender a lavar sus zonas íntimas correctamente y así evitar infecciones como la vulvovaginitis infantil (relacionada con bacterias de las heces pero pueden alcanzar la vagina si se limpian la zona perianal de atrás hacia delante). Las recomendaciones sobre la higiene íntima en las niñas se basan en el uso de productos que no alteren el pH de la zona genital ni la flora vaginal , no usar esponjas, limpiar siempre de delante a atrás y utilizar prendas de algodón.

b.- Menstruación: durante la menstruación pueden aparecer infecciones en la zona debido a que el pH vaginal disminuye su acidez y la zona se mantiene húmeda a causa de la sangre expulsada, por lo que conviene extremar la higiene durante esos días.

c.-. Embarazo: el pH vaginal es más ácido de lo habitual y puede dar lugar a la aparición de infecciones capaces de aumentar el riesgo de aborto y de parto prematuro.

d.- Menopausia: durante este periodo el pH vaginal está alterado y la mucosa vaginal se adelgaza con lo que aumenta el riesgo de infecciones. Además la secreción de flujo disminuye provocando sequedad vaginal y favoreciendo también la aparición de infecciones. Durante esta etapa se pueden producir también pérdidas de orina que mantienen la zona húmeda por ello es importante lavarse 1 ó 2 veces por día usando productos específicos capaces de calmar la irritación y los picores y de hidratar la piel.

Durante la época fértil el pH se sitúa entre 4.5 y 5; antes de la menarquia es neutro (7), también en la menopausia. En la menstruación sube a 6.8 – 7.2 y en el embarazo es más ácido (4 – 4.5). Cuando el pH vaginal está alterado puede ser indicio de vaginitis y suelen aparecer molestias como sequedad, picor, irritación o dispareunia (dolor durante el coito).
El pH se mantiene adecuado con la práctica de ejercicio físico moderado y vida sexual activa.
RECOMENDACIONES GENERALES
- Usar productos con agentes limpiadores neutros que no alteren el pH vaginal ni causen irritación o sequedad.
- Evitar usar desodorantes íntimos que pueden causar alergias e irritación y enmascarar el mal olor asociado a infecciones.
- Evitar duchas vaginales que pueden eliminar los microorganismos de la flora vaginal.
- No usar esponjas que pueden suponer un nido de gérmenes.
- Cambiar a diario la ropa interior y emplear tejidos de algodón.
- Evitar prendas ajustadas que puedan acumular humedad
- Durante la menstruación cambiar a menudo(4-6h) las compresas y tampones
- Lavarse las manos y la zona genital antes y después de mantener relaciones sexuales
- Limpiar la zona perineal de delante hacia atrás para no arrastrar gérmenes del ano a la vagina.