1.5.1. Aparato digestivo y metabolismo
Antiácidos : algunos estudios preliminares habían observado un posible aumento de la incidencia de diversos tipos de anomalías congénitas en niños nacidos de madres que habían utilizado antiácidos alumínicos, magnésicos y cálcicos durante el embarazo; estudios posteriores no han confirmado estas observaciones. Aun así, se han descrito algunos casos aislados de hipercalcemia e hiper e hipomagnesemia asociados al consumo crónico de antiácidos durante el embarazo.
También se han descrito casos aislados de aumento de los reflejos tendinosos en los fetos y en recién nacidos. Por ello, se recomienda evitar el empleo abusivo de antiácidos, siendo preferibles los derivados alumínicos y magnésicos sobre los cálcicos. No se recomienda el empleo de bicarbonato sódico, ya que su uso excesivo puede producir alcalosis metabólica, edema y aumento de peso en la madre.
Antiulcerosos : la mayoría de estos fármacos atraviesan la placenta. Sin embargo, existe una abundante casuística, sobre todo con cimetidina -aunque no sistemática-, que apoya la inocuidad de los anti-H2 (cimetidina, ranitidina, famotidina y roxatidina) durante el embarazo (Categoría B). La nizatidina se incluye, por el contrario, en la categoría C. En cuanto a los inhibidores de la bomba de protones únicamente el lansoprazol se encuentra dentro de la categoría B. No hay estudios adecuados y controlados en embarazadas con dosmalfato o sucralfato; sin embargo, no parecen presentar riesgo en mujeres con función renal normal, ya que la cantidad de aluminio absorbida es mínima.
Antiespasmódicos: no existen estudios sobre los anticolinérgicos cuaternarios (sales de amonio) como el bromuro de butilescopolamina (Buscapina®). Son incapaces de atravesar la barrera placentaria en cantidades significativas, por lo que, en general, son de uso relativamente seguro en embarazadas. Por contra, los de estructura terciaria (atropina -Atropina Braun®, Atropina Sulfato Serra®-) sí la atraviesan, pudiendo provocar taquicardia fetal, enmascarando así las variaciones del ritmo cardiaco y los efectos de una estimulación vagal fetal. No hay datos acerca de los anticolinérgicos de síntesis como el cloruro de otilonio (Spasmoctyl®) o el metilbromuro de octatropina (Vapin®) (categoría C).
Antieméticos: existen informes sobre unaposible asociación entre el uso de antihistamínicos en general durante las 2 últimas semanas del embarazo y un incremento del riesgo de fibroplasia retrolental en niños prematuros. Por otra parte, otros estudios sugieren que el empleo de antieméticos durante el embarazo puede reducir la incidencia de malformaciones fetales graves, presumiblemente achacables a estados nutricionales deficitarios de la madre.
Son considerados como relativamente seguros (Categoría B): dimenhidrinato (Biodramina ®, Cinfamar®, Contramareo®, Travel Well®), doxilamina (Cariban®), y metoclopramida (Metagliz®, Primperan®), aunque se recomienda evitar esta última durante el primer trimestre de embarazo. La prometazina (Frinova®) (Categoría C) utilizada dentro de las 2 semanas anteriores al parto, puede inhibir la agregación plaquetaria en el recién nacido. El uso de este medicamento sólo se acepta en caso de ausencia de alternativas terapéuticas más seguras.
También se considera seguro durante el embarazo el empleo de tietilperazina (Torecan ®).
De cualquier forma, el tratamiento de los vómitos del embarazo debe reservarse a casos donde resulte imprescindible.
Laxantes : para controlar el estreñimiento, la mejor fórmula es una dieta rica en fibra. En el tratamiento farmacológico durante el embarazo son preferibles los laxantes incrementadores del bolo intestinal o las sales de magnesio (estas últimas están contraindicadas en pacientes con alteraciones cardiovasculares o renales). Son considerados como relativamente seguros (Categoría B) metilcelulosa (Muciplasma®), la ispágula (en general Plantago spp.) (Biolid®, Cenat®, Laxen Busto®, Laxisoft®, Metamucil®, Plantaben ®, Plantago Ovata Davur®, Plantago Roha®).
No son aconsejables (Categoría C): bisacodilo, cáscara sagrada, sen, dantrona, fenolftaleína, lactulosa ni docusato sódico.
Antidiabéticos : la diabetes no tratada es un factor importante de dismorfogénesis fetal. El tratamiento de elección es la insulina (Categoría B). Los hipoglucemiantes orales (sulfonilureas y biguanidas) no son aconsejables, debido a que se han asociado a efectos teratogénicos en algunas especies animales. Además, atraviesan fácilmente la barrera placentaria y pueden producir estados de hipoglucemia fetal prolongada. Asimismo, se debe recordar que la diabetes de tipo I (mayoritaria en personas jóvenes) sólo responde a la insulina, y ésta apenas atraviesa la placenta (debido a su elevado tamaño molecular) y su efecto es más fácilmente dosificable.
Vitaminas y sales minerales: debido a las peculiaridades metabólicas del embarazo, es preciso el aporte suplementario de vitaminas y de sales minerales. En algunos casos, se han establecido relaciones de causalidad entre determinados déficits vitamínicos y la aparición de malformaciones congénitas, como las anomalías del tubo neural (espina bífida, etc.) encontradas, con más frecuencia, en niños nacidos de madres con bajo consumo de ácido fólico. No se aconseja el empleo de dosis masivas de vitaminas, especialmente de las liposolubles (A, D y E), ya que se han observado eventualmente efectos teratogénicos.
Anabolizantes hormonales : no está recomendado el empleo de hormonas anabólicoandrógenas en pacientes embarazadas, debido al riesgo evidente de masculinización de los genitales externos de los fetos femeninos. El riesgo es tanto mayor cuanto más elevada es la dosis, sobre todo durante el primer trimestre del embarazo. Estanazolol, nandrolona, testosterona, etc., están catalogados dentro de la Categoría X.