Las garrapatas son artrópodos pertenecientes al orden Acarina de unos 3-8 mm, aunque las hembras alimentadas pueden adquirir grandes tamaños (hasta 1 cm) y biológicamente cercanos a las arañas y a los escorpiones.

Su ciclo de vida comprende 4 fases: huevos, larvas, ninfas y adultos. Este grupo de artrópodos se divide básicamente en dos subfamilias, diferentes en cuanto a su morfología o a sus hábitos:

  • Garrapatas duras (familia Ixodidae): con escudo protector duro en su zona dorsal y en palpos e hipostoma terminal que se aprecian en vista dorsal de la garrapata.
  • Garrapatas blandas (Familia Argasidae): sin escudo dorsal (por ello se denominan blandas) y palpos e hipostoma subterminal o ventral que no se aprecian en vista dorsal.

Son hematófogos (se alimentan de sangre) y parasitan tanto a animales de sangre caliente como fría. Estos hábitos diferencian claramente a los dos grupos de garrapatas:

  • Las garrapatas duras están adaptadas a climas secos y desérticos. Al contrario que otras de su especie esperan pasivamente en la vegetación el paso de un hospedador. Estas garrapatas se alimentan de sangre en todos sus estadios: larva, ninfa y adulto, pero lo pueden hacer sobre un único hospedador o sobre más dependiendo del género:

Rhipicephalus sp: son garrapatas de un único hospedador. Las larvas suelen nacer en el suelo y se suben al hospedador en el que permanecen hasta que lo abandonan en estado adulto para que las hembras grávidas depositen los huevos. Algunas especies de este género se consideran vectores de babesia y se produce transmisión transovárica (las larvas son infectadas del agente patógeno si la madre lo es). Estos artrópodos raramente utilizan al hombre como hospedador.

Hyalomma: son garrapatas de 2 hospedadores que los buscan de forma activa. Suelen encontrarse en estado de reposo en el suelo, y cuando detectan a un posible hospedador se activan y corren hacia él con movimientos rápidos, siendo fáciles de ver ya que los adultos sin alimentar miden unos 6 mm.

Se alimenta solo tres veces durante su vida, una como larva, otra como ninfa y, finalmente como adulto. Estas alimentaciones son largas, pudiendo permanecer sobre el hospedador días o semanas.

La mayoría de garrapatas de este género mudan en el suelo viéndose forzadas a buscar hasta tres hospedadores distintos. En el caso de H. marginatum la muda de larva a ninfa se realiza en el mismo hospedador y es la ninfa alimentada la que cae al suelo para mudar a adulto. El nuevo hospedador puede ser de la misma o distinta especie.

Se han identificado más de 20 especies del género Hyalomma, ocho de ellas de distribución mediterránea. Estas garrapatas son importantes vectores, siendo transmisores de Babesia, Theileria o Anaplasma spp a rumiantes y équidos. También puede transmitir agentes como el virus de Crimea-Congo, Coxiella burnetii (Fiebre Q), sin embargo, el hecho de que tengan baja afinidad para alimentarse del hombre, hacen que el riesgo de transmisión de estas enfermedades en humanos sea menor que el de aquellas cuyo vector es, por ejemplo, Ixodes o Dermacentor.

  • Las garrapatas blandas, se alimentan en todos los estadios juveniles y adultos, siendo necesaria esta alimentación sobre el hospedador para realizar las mudas y sus cambios evolutivos. Cada una de las tomas de sangre las realizan sobre un hospedador diferente y durante un tiempo relativamente corto, dependiendo de las especies, abandonándolo para volver al medio ambiente.

Sus hábitos alimenticios son muy discontinuos; esta característica hace que esta variedad de garrapata tenga una gran incidencia como vectores de agentes patógenos.

El hombre es hospedador accidental de este grupo de garrapatas.

Para poder alimentarse necesitan introducir su aparato bucal en la piel del hospedador, y se aseguran a ella gracias a dientes retrógrados que presentan en el hipostoma, que, a modo de anclas, impiden el retroceso del sistema suctor y aseguran la alimentación y de la secreción de un cemento que asegura esta pieza bucal dentro de la piel del hospedador.

El proceso de hemosucción es muy visible en garrapatas blandas, ya que rápidamente abandonarán al hospedador. En garrapatas duras es mucho menos aparente y lento.

Enfermedades que transmite y como es su picadura:

Existen más de 900 especies de garrapatas, de las que al menos 37 se han descrito en España.

Estos artrópodos tienen gran importancia en salud humana, ya que se han convertido en los principales vectores de enfermedades infecciosas en los países industrializados, sólo superados en zonas tropicales por los mosquitos.

Además, tienen gran importancia desde el punto de vista veterinario, dadas las graves pérdidas económicas que pueden ocasionar en el ganado.

Las picaduras generalmente son indoloras y en muchas ocasiones pasarán desapercibidas. Se pueden producir reacciones locales con eritema, y si la mordedura es de garrapata blanda, el eritema es mucho más pronunciado y pruriginoso.

La saliva de algunas especies de garrapata duras puede contener toxinas neurotóxicas que provocan la denominada parálisis de la garrapata y que remite cuando el artrópodo es retirado.

Es fundamental, si las garrapatas son duras, retirarlas de la piel con sumo cuidado y asegurarse de que también se ha retirado el hipostoma, ya que podría generar sobreinfecciones, ulceraciones importantes e incluso destrucción tisular.

Se recomienda una inspección detenida fundamentalmente de piernas, ingles, axilas y cuero cabelludo si se ha estado en áreas donde puedan vivir las garrapatas como en pastos o lugares de cría de ganado.

En España las enfermedades transmitidas por garrapatas con importancia en salud humana son principalmente bacterianas, como la enfermedad de Lyme (Borrelia burgdorferi s.l.), fiebre botonosa o exantemática mediterránea (Rickettsia conorii, Rickettsia monacensis y Rickettsia sibirica mongolitimonae), DEBONEL/TIBOLA (Rickettsia rioja y Rickettsia slovaca), anaplasmosis humana (Anaplasma phagocitophylum), tularemia (Francisella tularensis), etc. Pero también existen otras no puramente infecciosas como la parálisis neurotóxica. A la lista hay que sumar enfermedades víricas como los actuales casos de fiebre hemorrágica (virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo). Además, también existen otras protozoarias como la Babesiosis (Babesia divergens y Babesia microti).

Es importante considerar que si la garrapata hembra es portadora de agente etiológico su descendencia también lo será (transmisión transovárica).

¿Qué enfermedades transmiten?

Fiebre botonosa o exantémica mediterránea:

Producida por Rickettsia conorii, endémica del sur de Europa y en la mayoría de los países de la cuenca del Mediterráneo, Mar Negro y Mar Caspio. Se transmite por la picadura de Rhipicephalus spp. En España la incidencia es de en torno a 0,3-0,4 casos por 100.000 consultas/año.

El periodo de incubación variar de 5 a 20 días tras la picadura. Se manifiesta inicialmente con fiebre, cefalea, malestar general, dolor articular e inyección conjuntival. Tras 5 cinco días de la picadura, aparece un exantema maculo-papuloso diseminado con afectación palmo-plantar.

Estos síntomas junto con la «mancha negra», lesión ulcerosa y necrótica con halo eritematoso circundante, generalmente indolora y no pruriginosa, puede aparecer hasta en un 75% de los casos, constituyen las manifestaciones clínicas más características de la enfermedad.

Habitualmente el curso de la enfermedad es benigno y cura sin secuelas, pero pueden presentarse complicaciones.

El tratamiento de elección es la doxiciclina, y el alternativo el ciprofloxacino y deberá instaurarse precozmente de cara a frenar el curso de la enfermedad y prevenir la aparición de posibles complicaciones.

Enfermedad de Lyme

Producida por Borrelia burgdorferi, de distribución universal y predominante en el hemisferio norte. En EEUU fue descrita en 1975 después de numerosos casos de artritis en niños y adultos en una ciudad de Connecticut (Lyme). En Europa se transmite por ninfas de Ixiodes ricinus. En España existen zonas endémicas como La Rioja, Navarra, Norte de Castilla y León, Asturias, Cantabria y País Vasco y la incidencia está en torno a 0,3 casos por 100.000 consultas hospitalarias al año.

El periodo de incubación oscila entre los 3 y los 32 días.

Si la garrapata está infectada con Borrelia, algo que sucede entre el 1 y el 10 % de los casos y la transmite al humano se desencadena la infección, cuyo cuadro de síntomas incluye dolores musculares y articulares, fatiga, fiebre, afectación visual, mareos, náuseas, problemas motrices, migrañas y un largo etcétera de males que dificultan seriamente el día a día de los afectados.

En la fase precoz localizada: aparece un eritema migratorio en la zona de la picadura de la garrapata.

Se trata de la manifestación más frecuente y específica de la infección, pudiendo aparecer hasta en un 80% de los casos. No es dolorosa y se expande generando un halo circular que con el transcurso de los días puede comenzar a clarear en la región central. Puede acompañarse fatiga, anorexia, cefalea, mialgias, artralgias etc.

En la fase precoz diseminada, se presenta un eritema migratorio múltiple acompañado de manifestaciones neurológicas, cardiacas o articulares agudas.

En la fase crónica, acrodermatitis crónica atrófica, neuroborreliosis terciaria o artritis persistente o recidivante de al menos 6 meses de duración.
En España, las manifestaciones clínicas más frecuentes son el eritema migratorio y los cuadros neurológicos (meningo-radiculitis dolorosas y parálisis facial), siendo la artritis de Lyme poco frecuente.

El tratamiento de elección para la infección precoz es la doxiciclina, y para los casos de afección del SNC, carditis o afectación articular muy importante, cefalosporinas intravenosas.

Debonel/Tibola

Descrita por primera vez en 1997 como Tibola (Tick-borne lymphadenopathy). Posteriormente se han propuesto otros nombres como son DEBONEL o SENLAT.

El primer agente etiológico descrito fue Rickettsia slovaca, pero actualmente se conocen otros agentes causantes como Rickettsia raoultii o Rickettsia rioja.

Se considera una enfermedad emergente en Europa, pues en los últimos años, su incidencia va en aumento. España resultó el país con mayor incidencia de casos (218 diagnósticos), seguido de Hungría (164 casos) y Francia (146 casos).

Es transmitida por garrapatas del género Dermacentor (con mayor actividad en los meses de octubre a mayo). El periodo de incubación es entre 1 y 2 semanas.

Clínicamente se caracteriza por la presencia de una escara necrótica normalmente situada en el cuero cabelludo (95% de los casos), acompañada de adenopatías dolorosas y pronunciadas en la zona próxima a la picadura. Otros síntomas que pueden aparecer son fiebre (26%), cefalea (16%), astenia (7%). Respecto a las secuelas, la alopecia residual en la zona de la lesión es la más frecuente (19%).

La doxiciclina es el tratamiento de elección. Otra alternativa son los macrólidos.

Anaplasmosis humana

Producida por el bacilo Anaplasma phagocytophilum, transmitido por la picadura de Ixodes ricinus, al igual que la Enfermedad de Lyme y la Babesiosis.

Estados Unidos se considera el país con mayor incidencia. En Europa afecta principalmente a la zona central. Clínicamente menos severa en Europa que en Estados Unidos. Existe un amplio espectro clínico que va desde infecciones subclínicas y autolimitadas a subagudas o crónicas. En los pacientes inmunodeprimidos las infecciones son más severas. El periodo de incubación oscila entre 1 y 21 días.

La fiebre, aunque no aparece en todos los casos, es el síntoma fundamental. Otros síntomas como malestar general, mialgias, escalofríos o cefalea aparecen del 25% al 50% de los pacientes. Además pueden existir manifestaciones clínicas: respiratorias (tos), digestivas (náuseas, vómitos, diarrea, dolor abdominal, anorexia) y neurológicas (meningitis). La presencia de exantema es muy rara. Las complicaciones son poco frecuentes, pero se han descrito casos de coagulación intravascular diseminada, dificultad respiratoria y neuropatía periférica entre otras.

La doxiciclina es el tratamiento de elección y la rifampicina puede ser un tratamiento alternativo.

Babesiosis

Transmitida por la picadura de Ixodes ricinus y producida por protozoos del género Babesia sp: Babesia divergens (Europa) y Babesia microtii (Estados Unidos).

Infección poco frecuente en España, con una incidencia de 2,35 casos por 10.000.000 de habitantes. La mayoría de afectados fueron inmunodeprimidos o con algún tipo de comorbilidad. Su periodo de incubación es de 1 a 3 semanas y el espectro clínico varía de infección asintomática hasta anemia hemolítica con fracaso multi orgánico. Los pacientes sintomáticos pueden presentan clínica pseudo gripal, trombocitopenia, hiperbilirrubinemia, hepatoesplenomegalia e ictericia. La tasa de mortalidad está en torno al 40% en estos casos.

El diagnóstico definitivo es por examen seriado de extensión en sangre periférica teñidas con Giemsa, pudiéndose apreciar una típica imagen en «Cruz de Malta».

El tratamiento recomendado para pacientes inmunocompetentes es atovacuona junto con azitromicina. La IDSA (Infectious Diseases Society of America) recomienda quinina y clindamicina para las infecciones severas en inmunodeprimidos.

Tularemia

Producida por el bacilo Francisella Tularensis. De distribución mundial, principalmente hemisferio norte, aunque existe una importante variación dentro de cada país entre distintas regiones.

El principal mecanismo de transmisión es mediante el contacto con animales infectados, incluyendo la ingesta de carne contaminada. También puede suceder por la ingesta de agua contaminada, inhalación de partículas infecciosas o picadura de artrópodos como garrapatas (Dermacentor marginatus), mosquitos, tábanos y otros insectos. Se considera que las garrapatas son un reservorio importante de la enfermedad, aunque la infección en humanos por este mecanismo es poco frecuente.

La clínica varía en función del mecanismo de adquisición. En casos de infección por picadura de garrapata la manifestación más frecuente será la aparición de una úlcera cutánea con o sin linfadenopatía regional.

El tratamiento recomendado son fluorquinolonas, aminoglucósidos o tetraciclinas.

Fiebre Hemorrágica Crimea-Congo (FHCC)

Enfermedad viral transmitida por garrapatas al humano, más ampliamente distribuida en el mundo. Causada por un Nairovirus de la familia Bunyaviridae y se transmite por la picadura de una garrapata del genero Hyalomma infectada, por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados o por contacto con fluidos o secreciones de pacientes infectados.

Endémica en muchas regiones de África, Asia, Oriente Medio y la región de los Balcanes, Rusia y antiguas republicas ex – soviéticas. Turquía es uno de los países más afectados. En España en agosto 2016 se describieron los dos primeros casos de infección en humanos: el primer caso con desenlace fatal, infectado por picadura de garrapata y el otro secundario, por infección nosocomial durante la atención hospitalaria al primero. Actualmente se considera que el riesgo de infección por FHCC en España es bajo.

El periodo de incubación es de 1-13 días. La clínica varía desde infecciones poco aparentes hasta infecciones graves y muerte. La principal es fiebre elevada, cefalea, mialgias, dolor abdominal, nauseas, vómitos, diarrea o hemorragias.

No existe tratamiento específico demostrado, aunque está recomendado el uso de ribavirina con resultados variables.

¿Qué hacer para eliminarlas?

  • Despegarla con mucho cuidado y con unas pinzas, cogiéndola muy cerca de la boca, en la cabeza, y estirar poco a poco con un movimiento lento y sostenido.
  • No lo cogerla con las manos: utilice guantes, papel higiénico.
  • Lavar las manos y la zona con agua y jabón.
  • No intentar sacar la garrapata mediante algo caliente, ni con aceite, alcohol, vaselina, etc.
  • Tampoco sacarla retorciéndola, hay que evitar desgarrarla.

Una vez extraída, lo más probable es que no haya transmitido ninguna enfermedad, pero como pueden actuar como agente transmisor de muchas de ellas, hay que prestar atención a la evolución del paciente.

Acudir a un centro de salud si se presenta los siguientes síntomas:

  • Fiebre, dolor de cabeza.
  • Dolores articulares o musculares, como si fuera la gripe.
  • Inflamación de los ganglios del cuello o rigidez.
  • Erupción en la piel.
  • Una mancha roja o negra en el cuero cabelludo, allí donde estaba localizada la garrapata.

¿Qué hacer en caso de picadura?

Es importante eliminarlas tan pronto como sea posible.

  1. Después de un paseo por una zona espesa o humedal del bosque, conviene inspeccionar, axilas, pliegues de la rodilla, genitales, cuero cabelludo, que son los lugares en los que se suelen localizar las picaduras.
  2. Si se detectan, no aplicar productos como, éter, gasolina que podrían hacer regurgitar a las garrapatas, liberando a la bacteria Borrelia, presente en su saliva, causante de la enfermedad de Lyme.
  3. Eliminarlas tan pronto como sea posible, usando los productos que puede encontrar consultando a su farmacéutico.
  4. Si no se ha conseguido eliminarla en la primera ocasión, no intentar completar la extracción y procurar no rascarse.
  5. Tras su eliminación desinfectar la piel con alcohol, clorhexidina o povidona yodada.
  6. Puede aparecer una pequeña roncha roja inmediatamente o dentro de las primeras 24 horas después de la picadura. Esta es una reacción normal a la saliva de la garrapata y no significa necesariamente que haya habido contaminación por bacterias.
  7. Hay que vigilar la zona de la picadura unos 30 días. Si la roncha roja permanece de 3 a 30 días después de la picadura, consultar a un médico, ya que es un síntoma de la enfermedad de Lyme y sería necesario el tratamiento con antibióticos.

¿Cómo prevenir su  picadura?

Evitar los lugares susceptibles de ser habitados por garrapatas como matorrales y sitios frondosos del bosque y durante los paseos por bosque o en zonas rurales, llevar ropa larga que cubra brazos y piernas, ligera, preferiblemente de color para identificar más fácilmente la presencia de garrapatas. Usar zapatos cerrados (importante).

Aplicar en las partes expuestas o descubiertas de la piel repelentes que contengan DEET o permetrina. Estos preparados están contraindicado en mujeres embarazadas y niños pequeños.

Revisar periódicamente a  nuestras mascotas y evitar dormir con ellas ya que son un huésped ideal para las garrapatas. Además es aconsejable hacer tratamientos específicos y de higiene a las mascotas de manera periódica.

Cortar el césped con regularidad y deshacerse de los residuos vegetales que pueden limitar la propagación de las garrapatas.