La microbiota intestinal contiene unos 100 millones de bacterias de unas 500 a 1000 especies distintas, con funciones propias y un peso superior a un kg.

Está compuesta por:

  • 60% de firmicutes G+, (lactobacilos, bacilos, estafilococo, mycoplasma, estreptococos, clostridium).
  • > 20% de bacteroides G-
  • > 10% de actinobacterias G+ (bifidobacterias)
  • 1% de proteobacterias G- (klebsiella, yersinia, escherichia, shigela).

Entre sus funciones se encuentran:

  • Función nutritiva y metabólica: fermentación de componentes de la dieta no digeridos, metabolismo anaeróbico de péptidos y proteínas, metabolismo de la lactosa, síntesis de aminoácidos, síntesis de vitaminas (K, B6, B12 y fólico) y favorece la absorción de minerales (Fe, Ca, Mg).
  • Función protectora: síntesis de sustancias antimicrobianas (bacteriocinas), competencia entre bacterias por los nutrientes, modificaciones en pH (acidifican el medio) y en el potencial oxidoreductor.
  • Función trófica: control del crecimiento y proliferación de células epiteliales del intestino, diferenciación de células especializadas.
  • Función inmunomoduladora: es el órgano más importante del organismo relacionado con la función inmunitaria. Aproximadamente el 60% de nuestras células inmunitarias están en la mucosa intestinal. Disminuyen la inflamación intestinal, aumentan la actividad fagocitaria, estimulan la producción de citosinas, incrementan la síntesis de IgA local y sistémica.

Factores que pueden alterar la microbiota intestinal

  • Hábitos alimentarios
  • Medicamentos, radio y quimioterapia.
  • Edad y menopausia
  • Estrés
  • Tabaco, alcohol, contaminación.
  • Gastroenteritis infecciosas agudas.
  • Enfermedades inflamatorias intestinales
  • Distensión abdominal funcional
  • Estreñimiento funcional
  • Síndrome de colon irritable