Se denomina dedo en martillo de la mano, dedo caído o dedo del beisbolista, a la imposibilidad de enderezar activa y completamente extremo de un dedo debido a un traumatismo que lesiona el tendón extensor de la falange distal, el cual provoca una deformidad en flexión de la articulación interfalángica distal del dedo.

La falange distal, de cada dedo, puede flexionarse a través de un tendón flexor y extenderse a través de un tendón extensor. Una flexión forzada brusca del dedo extendido, como cuando una pelota golpea la punta del dedo, puede provocar la rotura del tendón extensor.

Si el tendón extensor se rompe, se desgarra en o cerca de su inserción en la falange distal se produce una lesión de “partes blandas en martillo”. Si por el contario, se produce una fractura por arrancamiento en la inserción del tendón extensor en la falange distal tendremos una lesión «ósea en martillo». Como resultado de estas lesiones, no se puede enderezar activamente la punta del dedo.

También es posible que se produzca la hiperextensión de la articulación media (articulación interfalángica proximal o IFP) del dedo. La deformidad resultante (ángulo de extensión) que se produce en la articulación interfalángica distal se denomina “dedo en martillo”.

Habitualmente, la mayoría de las lesiones en dedo martillo traumático son cerradas, la piel permanece intacta, y el deterioro resulta del desgarro de un tendón del dedo y/o de una pequeña fractura donde el tendón se adhiere al hueso.

La causa del traumatismo puede ser el golpe de una pelota, como una de béisbol, pero la mayoría de los dedos en martillo traumáticos son el resultado de otras actividades no deportivas que se realizan en el trabajo y en el hogar:
– hacer la cama antes de la introducción del edredón,
– ponerse los calcetines, en personas de edad avanzada.
Los traumatismos importantes son más comunes en hombres y especialmente en adultos jóvenes, y son menores en mujeres mayores.
Con más frecuencia se suele ver afectado el dedo mayor, seguido por el meñique. El compromiso del dedo índice es menos común; el del pulgar es aun más raro. Alrededor de dos tercios de las lesiones se producen en la mano dominante.
¿Qué siente el paciente cuando sufre esta lesión?
Dolor y sensibilidad en la articulación e imposibilidad para la extensión del dedo.

¿Cómo se trata el dedo en martillo?
La mayoría de las complicaciones del tratamiento conservador se relacionan con la piel, con ulceración transitoria dorsal de la articulación IFD. El fracaso del tratamiento, o un dedo sin tratar, puede provocar una pérdida de extensión total voluntaria y la deformidad severa en la flexión y en la hiperextensión de la articulación o en “cuello de cisne”.

Las complicaciones del tratamiento quirúrgico son frecuentes y más graves. Éstas incluyen infección, lesión del lecho ungueal que causa deformidad de la uña, incongruencia articular, necrosis cutánea y limitación de la flexión de la articulación IFD.

Tratamiento conservador
Durante 2 ó 3 días se debe aplicar hielo durante 10´y cada 3 ó 4 horas para reducir la inflamación y el enrojecimiento. Para el alivio del dolor también se recomienda el uso de analgesia.
La mayoría de los casos se trata inmovilizando con férulas, que deben ser colocadas por personal especializado. La férula se debe usar unas 6 u 8 semanas de manera continua y luego 4 a 6 semanas su uso será nocturno. Estos períodos pueden variar.
Dado el problema inherente de perder el beneficio de las férulas si se flexiona el dedo al realizar tareas de limpieza de esta férula, los pacientes necesitan asesoramiento e instrucciones adecuadas sobre correcto uso.

Férula de Stack. Riesgo de lesiones ulcerativas en la piel debido a que los pacientes no quitaban y colocaban de forma correcta la férula. Debe usarse de 4 a 6 semanas, si se mueve la articulación distal lesionada, tendrá que reiniciarse nuevamente el período de inmovilización.

Férula de aluminio maleable. Riesgo de ulceración menor que con las anteriores. Los resultados de corrección de la deformidad, fueron similares entre ambas. Igual que con la de Stack, debe usarse de 4 a 6 semanas, si se mueve la articulación distal lesionada, tendrá que reiniciarse nuevamente el período de inmovilización.

Férula de Abouna. El deterioro de las gomas, la oxidación de los alambres, así como el reemplazar las férulas con frecuencia, hacen que esta férula sea menos apta que las anteriores.

Una vez se retiran las férulas, se realizan ejercicios para mejorar la fuerza, la flexión y extensión del dedo lesionado.

Conclusiones sobre el uso de las distintas férulas.

Si se compara el uso de las distintas férulas para el tratamiento del dedo en martillo traumático, no ha habido pruebas suficientes que establezcan la efectividad relativa de las diferentes férulas, ya sean comerciales o hechas a medida.

Las férulas utilizadas para la inmovilización prolongada deben ser lo suficientemente resistentes para el uso diario, además son importantes las instrucciones de uso de estas, para que el paciente cumpla las pautas de tratamiento.