De las enfermedades reumáticas hay una que destaca en cuanto a su afectación en la columna, es el caso de la espondilitis. Es una enfermedad inflamatoria por las características del dolor y se clasifica como una espondiloartritis, que son un grupo de enfermedades reumáticas que afectan a la columna, como puede ser también la psoriasis.
Es una enfermedad reumática inflamatoria crónica del esqueleto axial (articulaciones de la columna y las que unen la columna a la pelvis (sacroilíacas)), de las entesis (zonas de inserción de los tendones ligamentos, cápsulas articulares y fascias en el hueso) y frecuentemente de grandes articulaciones periféricas. Es el prototipo y la mejor conocida del grupo de las espondiloartritis.

Más frecuente en varones que en mujeres, con una proporción estimada de 2-3:1. La prevalencia varía dependiendo de la frecuencia del antígeno HLA-B27 que oscila según las diferentes etnias.
En España, su frecuencia se sitúa entre el 6 y el 9%. El 84% de los pacientes con EA son B27 positivos y la edad de comienzo se sitúa alrededor de los 30 años, aunque un porcentaje de individuos con el antígeno no llegarán a desarrollar la enfermedad.
Lo más característico es la progresiva rigidez de la espalda, que poco a poco va perdiendo su movilidad. Las articulaciones más alteradas son las sacroilíacas, la unidad disco-vertebral y las entesis, la inflamación de la médula ósea subcondral en las articulaciones sacroilíacas y en tejidos adyacentes a ciertas entesis (sitios anatómicos de unión entre hueso y tendones).
Igualmente, se ha determinado una especial predilección de la inflamación por los tejidos fibrocartilaginosos ricos en agrecanos y colágeno tipo II, expuestas a altas presiones mecánicas o compresivas.
El proceso inflamatorio erosiona el fibrocartílago, el cartílago hialino y el hueso provocando osteítis con posterior osificación endocondral y anquilosis fibrosa, que conduce, en estadios avanzados de la enfermedad, a la anquilosis raquídea en algunos pacientes, lo que da lugar a, puentes óseos entre vertebras adyacentes de la columna vertebral que en estadios avanzados dan lugar a la clásica columna en caña de bambú.

En las articulaciones sacroilíacas las lesiones dan lugar a erosiones en el hueso subcondral que justifican las imágenes radiográficas de la esclerosis ósea yuxtaarticular (márgenes de la articulación). El tejido inflamatorio va poco a poco reemplazándose por tejido granulomatoso sobre el que se produce el fenómeno de fibrosis y osificación.

La degradación activa del cartílago calcificado por los condroclastos y la síntesis de hueso subcondral por los osteoblastos eventualmente conduce al reemplazo completo del cartílago articular por hueso trabecular maduro y anquilosis completa que radiográficamente dan la apariencia de fusión completa de las sacroilíacas.
La forma más frecuente de presentarse es la lumbalgia inflamatoria (56-72%) que cursa con rigidez matutina que aparece entre los 24 y los 26 años. Es menos habitual a partir de 45 años y en estos pacientes transcurre con afectación sistémica y peor respuesta a antiinflamatorios no esteroides. Un 15% de los pacientes debutan antes de los 16 años, y suelen comenzar preferentemente con monoartritis u oligoartritis. En España, la edad media de comienzo se sitúa alrededor de los 26 años.
Enfermedades relacionadas
La espondilitis está englobada dentro de las espondiloartropatías inflamatorias (espondiloartritis), que afectan habitualtemente a las sacroilíacas, articulaciones de la columna, articulaciones que unen los cartílagos costales con el esternón, o la clavícula con éste último hueso. En todas ellas se producen casos de uveítis, entesitis y artritis.
Además, también inflaman articulaciones de las extremidades de forma generalmente intermitente y asimétrica. Aquí cabe incluir:
- Artritis psoriásica: padecen psoriasis el 1-3% de la población y el 12% de éstos sufrirán artritis.
- Artritis reactivas: una de cuyas formas es el llamado síndrome de Reiter. En algunos casos se producen: uretritis o inflamación de la uretra (conducto que conduce la orina desde la vejiga hacia el exterior), cervicitis o inflamación del cuello uterino, y prostatitis o infamación de la próstata.
- Artritis enteropáticas : artritis de las enfermedades inflamatorias del intestino.
Manifestaciones clínicas
- Dolor difuso e inflamatorio en la zona lumbar baja
- Rigidez matutina superior a media hora
- Aumento del dolor con movimientos bruscos y durante la noche
- Presencia de dolor que obliga a levantarse de la cama
- Dolor alternante en nalgas
- Rigidez
- Abolición de las curvas del raquis
- Contractura de la musculatura paravertebral
- Descenso de la expansión torácica
Tratamiento
Dentro del tratamiento se incluyen diferentes disciplinas:
- Hidroterapia y termoterapia.
- Talasoterapia
- Reposo: Apenas tiene indicación en la EA, y debe ser lo más corto posible. El paciente debe pasar largos ratos en decúbito supino o prono lo más estirado posible, evitando el decúbito lateral que favorece la cifosis y los flexos de caderas y rodillas. Este tipo de tratamiento debe realizarse de manera progresiva y sin dolor. Hay que mantener las extremidades inferiores en la extensión máxima tolerable y colocarse en decúbito prono para añadir efectos anticifosantes. Un buen ejemplo sería leer en postura de esfinge. Al mismo tiempo, hay que instruir al enfermo sobre las posturas que debe mantener sentado, en sillas de respaldo alto y firme, el uso de atriles o planos inclinados para el trabajo para evitar la hiperflexión mantenida de la columna, etc. En el coche es recomendable llevar siempre atado el cinturón de seguridad y emplear el reposacabezas, ya que un traumatismo moderado podría provocar fracturas de columna con riesgo vital.
- Fisioterapia
- Masoterapia. Es la manipulación de los tejidos blandos de un área corporal dirigida a producir efectos generales sobre la salud (relajación, mejoría del sueño) y beneficios locales (mejoría de trastornos musculares y del dolor). No se emplea como tratamiento único, sino que se considera un tratamiento complementario, o como preparación del paciente para otras intervenciones.
- Electrotermoterapia: Se define como cualquier forma terapéutica en la que la fuente eléctrica constituye la parte principal del agente físico. Desempeña un escaso papel en el tratamiento de pacientes con EA, ya que se consideran prioritarias las medidas que el paciente pueda usar de forma independiente. En este tipo de terapia se incluyen la onda corta o microondas, que posee un efecto sedante y relajante de la musculatura; el ultrasonido, con efecto sedante, especialmente útil en las entesitis, y el TENS
- Ergoterapia: Consiste en el uso de la actividad u ocupación como medio terapéutico. Se trata tanto de instruir a los pacientes sobre ayudas técnicas para las actividades de la vida diaria (calzadores largos, etc.), sobre todo en fases más avanzadas de la enfermedad, como de la adecuación de la vivienda (adaptaciones para el baño, etc.). Es importante su papel también en la readaptación laboral, ya que se ha visto que los factores ergonómicos son los de mayor importancia a la hora de mantener un empleo por parte de estos pacientes.
- Cinesiterapia: Conjunto de procedimientos para el tratamiento de las enfermedades mediante el movimiento. Es la base del tratamiento físico-rehabilitador. Su objetivo es el mantenimiento de los recorridos funcionales articulares, para lo cual es muy importante el inicio precoz. Se trata de llevar cada región articular afectada hasta el límite de su movilidad y mantener la contracción isométrica en posición extrema durante 3 s. Se recomienda realizar cada ejercicio de 3 a 5 veces consecutivas, junto con ejercicios posturales correctores. Lo más recomendable es su realización diaria, aunque si esto no es posible, al menos hacerlos semanalmente para no perder movilidad. Los ejercicios de mayor importancia son los vertebrales, ya que suele ser la zona más afectada (sobre todo los de extensión, en sentido opuesto a la deformidad), seguidos de los de extensión de caderas y retropulsión de hombros.


