Transmisión: deportes acuáticos.
Infección por equinodermos.
Localización: pies y manos.
Síntomas sistémicos: eritema, edema, sangrado profuso, dolor intenso. Nauseas, debilidad muscular y depresión respiratoria.
Tratamiento: Estabilizar al paciente y dar soporte cardiorespiratorio de ser necesario. Eliminar las espinas. Aplicar acido acético (vinagre) para disolver las partículas pequeñas. Aplicar agua caliente. Utilizar antibióticos si hay infección secundaria. Reposo en cama y mantener la extremidad elevada.
Equinodermos
Incluye el erizo de mar y las estrellas de mar. La mayoría de las lesiones las causan los erizos siendo las estrellas menos peligrosas.
- Erizo de mar (clase equinoidea ): Los erizos de mar poseen numerosas espinas móviles las cuales causan heridas penetrantes y cuando se intenta removerlas se quiebran con gran facilidad. Las espinas de algunas especies son venenosas y pueden contener una neurotoxina. También puede haber envenenamiento ingiriendo ciertos órganos.
Envenenamiento por espinas. Las reacciones inmediatas incluyen eritema, edema, y sangrado profuso en la zona afectada. Hay dolor intenso y sensación de presión directa. Puede ocasionar tenosinovitis, fascitis o bursitis. Los efectos sistémicos pueden ser náuseas, debilidad muscular y depresión respiratoria. Las reacciones retardadas incluyen infección secundaria o granuloma por cuerpo extraño.
Envenenamiento por pedículo. Puede ser muy grave. El dolor que produce es muy intenso e irradiado, con adormecimiento del área, dificultad respiratoria, parálisis, hemorragia, hipotensión y broncoespasmo. El tratamiento es la inmersión en agua caliente del área afectada, remover el pedículo con crema de afeitar u rasuradora, prevenir infecciones y tétano.
- Estrella de mar (clase asteroidea): Las estrellas de mar peligrosas son muy raras, sin embargo las lesiones causadas por la llamada corona de espinas (Acanthaster planci) causa manifestaciones ya que posee espinas dorsales largas y afiladas. El contacto ocurre al pisarla o manejarlas sin cuidado.
Inmediatamente luego del contacto la víctima experimenta dolor agudo, quemante que persiste por varias horas y se acompaña de edema, sangrado y equimosis en el sitio de la punción. Puede haber síntomas sistémicos como náuseas, vómitos y parálisis.