Eritroniquia longitudinal
Es un trastorno frecuente. Sin embargo, en una exploración minuciosa de las uñas se pueden distinguir distintas patologías.
La eritroniquia longitudinal puede ser mono o polidactilar. En el primer caso podría corresponder histológicamente a una enfermedad de Bowen o a un melanoma amelanótico. En la forma polidactilar existe controversia acerca de la clasificación nosológica como nevus acantolítico y disqueratósico o enfermedad de Darier. La epidermólisis ampollosa acantolítica se asemeja a la enfermedad de Darier ampollosa, y la acroqueratosis de Hopf también puede presentarse como estrías longitudinales rojas. El disqueratoma verrugoso subungueal es raro y también deben descartarse otras dermatosis como liquen plano, psoriasis, melanoma ungueal y otros tumores. Por último, la afectación ungueal en la amiloidosis puede preceder a la aparición de otros signos de esta enfermedad sistémica.
La eritroniquia longitudinal es una estría, que va desde un tono rosado a rojo, a lo largo de la placa ungueal y que se corresponde a una banda más fina, y a la vez más transparente de la uña.
El lecho ungueal está menos comprimido por la uña, en esa zona, por lo que los vasos hacen que su contenido de hemoglobina resulte más visible.
Las hemorragias en astilla (“splinter hemorrhages”) se suelen encontrar, de forma habitual, en la eritroniquia longitudinal. La porción afinada de la uña se extiende hasta el borde libre distal y es fácilmente traumatizada durante las actividades diarias lo que da como resultado una separación y una forma en v. Puede aparecer una hiperqueratosis reactiva del hiponiquio subyacente.

Eritroniquia longitudinal.

Eritroniquia longitudinal secundaria a melanoma in situ.

Eritroniquia longitudinal secundario a carcinoma escamoso.