Síndrome de las uñas amarillas
Trastorno poco frecuente caracterizado por la triada de enfermedad pulmonar, linfedema y alteraciones ungueales (uñas amarillas sin cutícula o lúnula de crecimiento lento, debido a depósitos de lipofuscina).
Suele ser esporádica y es más frecuente en mujeres de edad media (40 años). Para el diagnóstico se requieren dos de los tres criterios y las manifestaciones ungueales son fundamentales. Su patogenia no es bien conocida.
Las alteraciones ungueales suelen ser el síntoma inicial, cursan en brotes y afectan a todas las uñas en mayor o menor grado. Se afecta la uña total o parcialmente con una tonalidad amarilla variable. Otras alteraciones son: uña opaca de color verdoso o gris distal, retraso del crecimiento, aumento de la curvatura transversal y longitudinal, engrosamiento, surcos transversales, onicolisis, onicoptosis o pseudoparoniquia.
El diagnóstico diferencial se realiza con: onicomicosis, paquioniquia traumática, liquen plano, sustancias exógenas, medicamentos y enfermedades sistémicas.
La enfermedad produce afectación pulmonar, fundamentalmente derrames pleurales recidivantes bilaterales y también bronquiectasias, bronquitis crónica y sinusitis (los síntomas pulmonares aparecen en 60 por ciento de los casos, pero la triada completa es rara de ver). A nivel digestivo provoca diarrea crónica o ascitis, y en los miembros inferiores linfedema crónico (se desarrolla en el 80% de los pacientes durante el curso de la enfermedad y puede estar confinado a los dedos de la mano).
Pueden asociarse enfermedades sistémicas como artritis reumatoide, tiroiditis, disglobulinemias, síndrome de Guillain-Barré, inmunodeficiencias y síndrome nefrótico. Además, su asociación a neoplasias hace sospechar un síndrome paraneoplásico.
El tratamiento de las manifestaciones sistémicas y las enfermedades asociadas mejora la clínica ungueal. Existen remisiones espontáneas y el tratamiento ungueal no suele ser eficaz, pero debe realizarse si existe dolor, motivos estéticos o funcionales. La vitamina E consigue los mejores resultados con 1.200 UI diarias durante 3 a 6 meses. Otros tratamientos son la vitamina E tópica, el sulfato de zinc, los antifúngicos sistémicos en terapia pulsátily el acetónido de triamcinolona intralesional.

