Es una deformidad de la oreja provocada por una infección o un trauma. Puede desarrollarse como resultado de un golpe fuerte en el oído o por recibir muchos golpes.
Tratamiento: aplicar compresión con hielo lo antes posible.
Si la hinchazón dura más de 24 horas aplicar una crema enzimática y drenar la sangre con una aguja, para reducir el dolor y evitar una deformación permanente. No suele precisarse cirugía plástica.
Prevención: uso de protectores auriculares |