Aunque la alergia a la humedad no existe como tal, sí hay medidas de prevención para evitar que aparezcan agentes que la provocan.

El concepto se emplea habitualmente para englobar a un conjunto de alergias que afectan a las vías respiratorias y que están causadas por agentes que requieren de altos grados de humedad para su desarrollo, entre ellos higos y ácaros. La alergia a ácaros figura como la segunda causa de alergia respiratoria en España, sólo superada por pólenes, según la serie de estudios Alergológica, elaborados por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (Seaic). La alergia a hongos, es la cuarta causa de alergia respiratoria en adultos y tercera en niños, en los que la prevalencia es mucho mayor (11 % frente al 4,3 % de los adultos según datos de Alergológica 2015).

Pese a estos datos recogidos en los estudios realizados, “no hay un aumento de la prevalencia a lo largo de los años”, pero si hay presencia en determinados grupos de población, dependiendo del clima en el que reside esta.

La alergia a los ácaros puede suponer un deterioro considerable de la calidad de vida de las personas que la padecen y junto con los hongos son causa de rinitis persistente, afectando a la actividad laboral, social, el descanso nocturno, rendimiento escolar y laboral, que, suele ir acompañada con un aumento del desarrollo de un asma que, a diferencia del producido por pólenes, tiende a ser de tipo persistente, lo que puede conllevar un mayor riesgo, a futuro, de deterioro de la función pulmonar.

Estas complicaciones no tienen por qué revestir más gravedad en los menores de edad, pero el alergólogo considera “imprescindible” realizar cuanto antes un estudio alergológico adecuado a todo niño de cualquier edad que manifieste síntomas de rinitis o asma, ya que, de detectarse la alergia, la actuación temprana puede mejorar “mucho” su evolución clínica de cara al futuro.

Higiene y más higiene

La higiene en los domicilios o lugares de trabajo donde se puede desarrollar este tipo de agentes es clave para prevenir el desarrollo de estas alergias. Pero, el hecho de residir en una zona con clima húmedo dificulta la instauración de medidas preventivas.

Es importante cubrir colchones y almohadas con fundas especiales, porque es donde más ácaros se acumulan.

Entre los consejos de higiene doméstica para intentar prevenir la aparición de estos agentes y controlar el desarrollo de alergias, tenemos:

  • En el caso de los ácaros, mantener las viviendas, y especialmente los dormitorios, ordenados, con escasos elementos que puedan acumular polvo. Cubrir colchones y almohadas con fundas especiales, ya que es en ellos donde más ácaros se acumulan y donde más horas pasamos; y la limpieza con vapor, así como el lavado a 60º para eliminarlos, de alfombras y sofás, que también son espacios donde se acumulan estos agentes.
  • En el caso de viviendas especialmente húmedas, emplear deshumidificadores.
  • Instalar un sistema de ventilación centralizada que ayude a reducir la humedad relativa del aire en toda la vivienda, realizando un buen mantenimiento y saneado de los conductos y filtros de ventilación pues pueden ser foco de crecimiento de hongos y otros microorganismos patógenos.

Existen líquidos con efecto acaricida, pero su efecto sería bastante limitado.

En el caso de los hongos habría que diferenciar entre los hongos de exterior y los de interior. Los primeros, al igual que el polen, son difíciles de evitar, pero para los segundos sí que existen medidas como la reparación de filtraciones y de zonas de condensación de agua y la limpieza de aparatos humidificadores y deshumificadores. La simple lejía puede ser muy útil tanto para los aparatos como para las paredes con manchas de humedad, que generalmente presentan una tonalidad negra o verdosa.

Fuente: correofarmaceutico.com