Síntoma característico en un 2/3 de pacientes. El dolor es profundo, no pulsatil, sordo y de intensidad moderada. Los dolores pueden durar de unos minutos a horas y repetirse varias veces al día. La actividad física, los cambios posturales, pueden agravarlo. En un 10% de los pacientes se les puede interrumpir el sueño. A medida que crece el tumor el dolor se intensifica, se hace continuo y pueden manifestarse vómitos bruscos, sin náuseas. Cuando el dolor es unilateral es casi siempre en el mismo lado que el tumor. Si la cefalea unilateral se transforma en bifrontal, bioccipital o generalizada, suele ser por desarrollo de hipertensión intracraneal. Ciertos tumores pueden producir cefaleas paroxísticas muy intensas que duran varios minutos. En ocasiones se acompañan de vómitos, borrosidad visual e incluso pérdida de conciencia.