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Sus causas son la estimulación excesiva del aparato vestibular por el movimiento como causa primaria. La susceptibilidad individual es muy variable. Los estímulos visuales como un horizonte en movimiento, la mala ventilación debida a humos, monóxido de carbono o vapor, en muchas circunstancias asociados al vehículo de transporte y los factores emocionales como el miedo o la ansiedad actúan junto con el movimiento para precipitar un ataque. |