Los corales de fuego tienen nematocistos en sus tentáculos y cuerpo, liberan toxinas como catecolaminas e histamina causando síntomas cutáneos. Las manifestaciones agudas son eccema, vesículas, ampollas, úlceras o lesiones urticariformes. Con el tiempo, en estadios más crónicos, desde el punto de vista clínico e histopatológico, es indistinguible del liquen plano.

 dermatitis coral