APLICA EL FRÍO Y NO EL CALOR, COMO ES HABITUAL.

Los especialistas del Departamento de Cardiología ya han efectuado este procedimiento con éxito en los primeros pacientes

La Unidad de Arritmias del Departamento de Cardiología de la Clínica Universidad de Navarra, integrada José Ignacio García Bolao (director) y Naiara Calvo Galiano, ha incorporado un equipo específico para emplear la crioablación en la fibrilación auricular paroxística. El mayor beneficio de esta técnica radica en que el tratamiento se realiza por congelación, en un solo impacto de energía, y de una manera más rápida y eficaz. El procedimiento ya ha sido efectuado con éxito en los primeros pacientes.

María Rosario Vives y Graciela López, Naiara Calvo, José Ignacio García Bolao y Elene Janiashvili.

Hasta ahora, el método convencional consistía en aplicar impactos de radiofrecuencia punto a punto en todo el perímetro de las venas pulmonares, lugar donde se origina la arritmia. Con las pequeñas lesiones (ablaciones por radiofrecuencia) realizadas alrededor de dichos vasos sanguíneos se consigue interrumpir el paso del impulso eléctrico, responsable de la contracción irregular, desde las venas pulmonares hasta las cavidades cardiacas (aurícula izquierda).

En el procedimiento de crioablación, la aplicación del frío se consigue gracias a la introducción, por medio de un catéter, de un balón lleno de óxido nitroso (compuesto químico empleado como fuente de frío). Los electrofisiólogos consiguen hacer llegar este dispositivo hasta la intersección de las venas pulmonares con la aurícula izquierda para así aislar e impedir la propagación del impulso eléctrico anómalo.

Una vez introducido el balón hasta el lugar preciso se procede a inflarlo, llenándolo de óxido nitroso, gas que se congela a una temperatura aproximada de -40/-50ºC. “De este modo, al inflar y congelar el balón conseguimos ocluir el orificio de la vena, generando una lesión (ablación) al mismo tiempo en todo el perímetro interno de la vena pulmonar, de ahí que no resulte necesario efectuar la ablación punto a punto, como en el caso de la radiofrecuencia”, explica Calvo. Al mismo tiempo “el balón inflado consigue cerrar, durante todo el procedimiento, la comunicación de la vena pulmonar con la aurícula y todo sin necesidad de movilizar el catéter durante la aplicación”, indica la cardióloga.

Ventajas del procedimiento

Las ventajas que aporta al paciente la técnica con crioablación, respecto a la ablación con radiofrecuencia, residen en una mayor rapidez y sencillez del procedimiento. Además, destaca la especialista, “para realizar esta técnica no es precisa la utilización de sistemas de navegación no fluoroscópica, como ocurre con la radiofrecuencia, necesarios para conocer con exactitud el lugar donde se debe hacer la ablación. Es suficiente un sistema de escopia (observación por rayos X con contraste)”. La necesidad de una única punción transeptal en la vena femoral y no dos, como habitualmente ocurre con la radiofrecuencia, es otro de los beneficios que ofrece.

El ingreso hospitalario medio es de tan sólo 48 horas, el mismo que con el procedimiento convencional, y se realiza bajo sedación superficial, sin necesidad de anestesia general.