El aumento de mascotas en ciudades invita a darle más protagonismo en los stocks
Es habitual escuchar a los farmacéuticos rurales asegurar que en sus establecimientos «suelen tener más clientes de cuatro patas que bípedos». Esta aseveración dice mucho del histórico protagonismo que han tenido las farmacias rurales como canal de dispensación de medicamentos veterinarios, por la mayor presencia de actividad ganadera en el entorno en el que se ubican estos establecimientos.
Sin embargo, la también cada vez mayor presencia de mascotas en los hogares españoles invita a valorar este tipo de productos (que en otros establecimientos, como las clínicas veterinarias, solo pueden ser dispensados sin ánimo de lucro), como otra oportunidad de negocio para las farmacias urbanas, en especial en estos momentos de baja rentabilidad.
«Son pocas las farmacias urbanas que actualmente ofrecemos estos productos, por lo que aquellas que los integren en sus stockspueden conseguir la fidelización de nuevos clientes», indica Patricia Crespo, ejerciente en una farmacia de Benidorm (Alicante). No obstante, esta profesional recuerda que un actual problema es «el propio desconocimiento de la población sobre este canal», por lo que conviene informar al público de que se oferta este servicio en su farmacia de confianza.
«Una oportunidad»
La oportunidad que suponen los medicamentos veterinarios para el farmacéutico es conocida por colegios farmacéuticos. Ejemplo de ello es el COF de Alicante, que recientemente celebró una conferencia al respecto en la que el director general de Farmacia y Productos Sanitarios de la Comunidad Valenciana, José Clérigues, recordó que «el 33 por ciento del mercado español de medicamentos veterinarios corresponde al subsector de animales de compañía», un dato que avalaría la apuesta por estos fármacos en los establecimientos urbanos.
Dar entrada a estos productos en el stock de una botica apenas implica requisitos legales para su titular, «más allá de que estos se encuentren separados físicamente de aquellos destinados al uso humano», detalla Crespo. Tampoco existen exigencias formativas concretas, si bien en este caso «se echa en falta alguna asignatura específica en los estudios de Farmacia», lamenta esta profesional.
La oportunidad que suponen los medicamentos veterinarios en el ejercicio profesional no se limita a la venta de los mismos. Como se recordó en la jornada organizada por el colegio alicantino, la normativa vigente obliga a la presencia de un farmacéutico en cualquier empresa fabricante o distribuidora de estos productos, por lo que los farmacéuticos tienen en este sector otra salida profesional.
Aumentan las falsificaciones de estos productos
Los medicamentos veterinarios tampoco escapan al fraude de las falsificaciones, como ocurre con los destinados a uso humano. Incluso, los expertos están constatando un crecimiento del mercado ilegal de estos productos, tal y como confirma a EG Luis González, secretario general del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Madrid. Para González, además del problema de salud pública que implica la falsificación de estos productos destinados al sector animal ya que finalmente «pueden entrar en nuestro organismo consecuencia del consumo de carne», este mercado fraudulento es un «daño añadido» para la tan negativa rentabilidad de las farmacias rurales, en la que estos medicamentos suponen buena parte de su facturación.En este sentido, en la Estrategia frente a Medicamentos Falsificados 2012-2015, presentada recientemente por la Agencia Española del Medicamento (Aemps), ya se refleja este problema, si bien se recuerda «la inexistencia de un marco legal europeo que incluya medidas contra este tipo de falsificaciones».