
La Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) asegura que los protocolos de actuación ante reacciones alérgicas son necesarios en los campamentos de verano para evitar el riesgo de shock anafiláctico. Este tipo de protocolos, que ya existen en algunos colegios, incluyen la formación de los monitores, la presencia de autoinyectores con adrenalina en los botiquines, el control de los comedores, entre otras pautas.
La mayoría de los niños alérgicos saben lo que deben comer o no, en caso de alergia a alimentos, y qué hacer en caso de aparecer síntomas, pero, «para evitar situaciones de peligro y que los niños se sientan seguros en todo momento es importante que los campamentos cuenten con protocolos específicos para alergia».
Este tipo de protocolos, que ya existen en algunos colegios, incluyen la formación de los monitores, la presencia de autoinyectores con adrenalina en los botiquines, el control de los comedores y sistema de contacto con los padres y los centros sanitarios.
Uno de cada cinco niños sufre algún tipo de alergia y entre el 4 y el 8% sufren alergia a alimentos, un problema que preocupa a padres y profesionales sobre todo cuando los niños tienen que comer fuera de casa. Ante el shock anafiláctico, la reacción alérgica más grave y que en algunos casos puede resultar letal, el tratamiento de urgencia es la inyección de adrenalina.
Para eso es recomendable que los niños siempre lleven encima dos autoinyectores de adrenalina (Altelus o Epipen), ya que «se puede producir una reacción anafiláctica grave estando lejos de un centro sanitario y haría falta administrar una segunda dosis a los 20 minutos». Ver video
Con el objetivo de que niños asmáticos y alérgicos aprendan a controlar su patología y a convivir con ella, la SEICAP organiza cada verano colonias educativas en la que menores entre 8 y 14 años pueden aprender, mientras juegan, cómo reaccionar ante una crisis o cómo aplicarse la autoinyección de adrenalina.
Este tipo de campamentos cuenta con monitores y responsables de restauración formados especialmente sobre alergias y con actividades relacionadas con el ejercicio físico, además de apoyo psicológico y social para que los niños no se sientan excluidos en su entorno cotidiano por sufrir una alergia.
 
			
					