Su sistema de vigilancia ha revelado una presencia generalizada de resistencia a antibióticos en las aproximadamente 500.000 personas de 22 países con sospecha de infecciones bacterianas incluidas en este trabajo.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que la resistencia bacteriana a los antibióticos está alcanzando ya niveles elevados en todo el mundo, tanto en países de ingresos altos como bajos, tras la primera publicación de datos de su sistema de vigilancia de este problema.

Su herramienta, conocida como ‘GLASS’, ha revelado una presencia generalizada de resistencia a antibióticos en las aproximadamente 500.000 personas de 22 países con sospecha de infecciones bacterianas incluidas en este trabajo.

Las bacterias resistentes detectadas con mayor frecuencia han sido ‘Escherichia coli’, ‘Klebsiella pneumoniae’, ‘Staphylococcus aureus’ y ‘Streptococcus pneumoniae’, seguidas de la ‘Salmonella spp’. En cambio, no incluye datos sobre la resistencia a la ‘Mycobacterium tuberculosis’.

La resistencia a la penicilina, el medicamento utilizado durante décadas en todo el mundo para tratar la neumonía, varió de cero a 51 % entre los países incluidos en el estudio. Y entre el 8 y 65 % de las infecciones del tracto urinario causadas por el ‘E. coli’ presentaron resistencias a ciprofloxacino.

Lo más preocupante es que los patógenos no respetan las fronteras nacionales. Por eso la OMS anima a todos los países a establecer buenos sistemas de vigilancia para detectar esas resistencias.

Hasta la fecha, 52 países están inscritos en el Sistema Mundial de Vigilancia Antimicrobiana de la OMS, pero para el primer informe solo se incluyeron datos de 40 países, aunque solo 22 encontraron datos sobre resistencias a antibióticos.

El informe es un primer paso para saber el alcance de la resistencia a antibióticos. La vigilancia está en fases iniciales pero es vital desarrollarla si queremos anticiparnos y abordar una de las mayores amenazas para la salud pública mundial.

Los datos de este primer informe varían ampliamente y algunos países deberán hacer frente a múltiples desafíos para construir sus sistemas nacionales de vigilancia, como la falta de personal, fondos e infraestructuras.

Por ejemplo, Kenia ha mejorado el desarrollo de su sistema nacional de resistencia, mientras que Túnez ya ha comenzado a añadir datos a nivel nacional. Otros como Corea del Sur han tenido que revisar su sistema nacional de vigilancia para adaptarse a la metodología de la OMS, y otros países como Afganistán o Camboya deberán hacer frente a grandes desafíos estructurales para poder incorporarse a esta iniciativa.

Fuente: JANO