La vista es uno de los sentidos más importantes y los ojos son la parte más sensible de nuestro cuerpo. A lo largo del año las personas padecen irritaciones o inflamaciones y acuden a nuestra farmacia con un problema muy frecuente y habitual que afecta tanto a lactantes como a los adultos, se trata de la conjuntivitis.

ANATOMÍA

La conjuntiva es una membrana mucosa transparente constituida por epitelio poliestratificado columnar, tejido conectivo laxo y tejido linfoideo. Cubre la cara posterior de los párpados (conjuntiva palpebral o tarsal) y se continúa sobre la cara anterior del globo ocular (conjuntiva bulbar) hasta la periferia de la córnea (limbo). Forma dos fondos de saco con gran cantidad de células mucosas: uno superior y otro inferior y dos cantos: externo e interno donde se forma un repliegue conocido como carúncula que contiene folículos pilosos, glándulas sebáceas y serosas.

FUNCIÓN

Aporta la capa más interna de la película lagrimal, es decir, la capa mucosa que está en contacto directo con los epitelios corneales y conjuntivales; la capa media es la acuosa proveniente de la glándula lagrimal y la más externa es la lipídica producida por las glándulas de Meibomio del párpado. Además, la conjuntiva es considerada como una barrera entre el globo ocular y el medio ambiente.

SEMIOLOGÍA

La conjuntiva presenta variados signos clínicos solos o combinados como son:

a) Hiperemia.
Es el aspecto de ojo rojo secundario a la dilatación de los vasos conjuntivales; esta puede ser difusa como sucede en la mayor parte de las conjuntivitis infecciosas, o localizada como sucede en casos de epiescleritis nodulares.
b) Quemosis o edema conjuntival.
Es el acúmulo de líquido en el espacio intersticial; se presenta frecuentemente en procesos alérgicos y puede llegar a ser tan severo que impida el cierre adecuado de los párpados.
c) Secreción.
Es la producción anormal de secreciones oculares externas tales como la lágrima, componentes plasmáticos (fibrina), debris epitelial y células inflamatorias. Puede tener distintas características como son serosa (frecuente en conjuntivitis virales), mucoide (asociadas a conjuntivitis alérgicas), mucopurulenta o purulenta (características de conjuntivitis bacterianas).
d) Membranas y pseudomembranas.
Se forman a partir de células necróticas y exudados ricos en fibrina que se adhieren a la superficie ocular; las pseudomembranas afectan únicamente las capas superficiales del epitelio mientras que las verdaderas membranas abarcan hasta el estroma conjuntival por lo cual cuando son removidas dejan una zona cruenta sangrante. Se presentan tanto en infecciones severas virales como la queratocon-juntivitis epidémica como en conjuntivitis de origen bacteriano secundarias a Corynebacterium diphtheriae, Pneumococcus sp. y Staphylococcus aureus. También se observan en el síndrome de Stevens-Johnson.
e) Folículos.
Son acúmulos de células linfoides que se presentan característicamente en infecciones virales, toxicidad por medicamentos tópicos o infección porChlamydia tracomatis. Se observan como pequeñas prominencias redondeadas, grisáceas y rodeadas de vasos. Es normal encontrar folículos en el fondo de saco en niños.
f) Papilas.
Son levantamientos de la mucosa conjuntival a expensas de infiltrado inflamatorio estromal y en etapas crónicas se agregan depósitos de colágena. Cada papila es de bordes rectos, separados entre sí por hendiduras y con vasos sanguíneos centrales; generalmente se localizan en la conjuntiva tarsal dando un aspecto «en embaldosado». Se presentan en procesos alérgicos, asociadas al uso de lentes de contacto y en la irritación crónica secundaria a cuerpo extraño.
g) Granulomas.
Son masas rojizas, circunscritas, de diversos tamaños, localizadas generalmente en los fondos de saco. Se forman por irritación crónica y están constituidas por células gigantes o epitelioides. Se presentan en sarcoidosis, tuberculosis, reacción crónica a cuerpo extraño, chalazión, etc.
 h) Linfangiectasias.
Son la dilatación de los vasos linfáticos y se aprecia como un levantamiento o «quiste» transparente que se moviliza junto con la conjuntiva bulbar.
i) Flicténulas.
Son pequeñas vesículas blanco-rosadas localizadas al centro de un área hiperémica generalmente cercana al limbo. Se presentan frecuentemente en niños y adultos jóvenes como respuesta alérgica a un antígeno bacteriano del Staphylococcusaureus o del Mycobacterium tuberculosis.
j) Epidermalización.
Es la transformación del epitelio conjuntival por irritación severa crónica a una forma de epitelio queratinizado que se aprecia de color blancogrisáceo y de aspecto opaco por la ausencia de lubricación mucoide.
k) Cicatrización.
Es el depósito de colágena y fibrosis de la conjuntiva secundario a quemadura química o destrucción tisular autoinmune (síndrome de Stevens-Johnson, penfigoide ocular). Forma bandas de tejido que une a los párpados con la conjuntiva (simblefaron) que distorsionan la arquitectura y función normal ocular.
l) Hemorragia.
Es la extravasación aguda de sangre en la conjuntiva bulbar. Se asocia a conjuntivitis virales y a hipertensión arterial sistémica.
m) Cambios de coloración.
Pigmentaciones localizadas se relacionan a nevos, melanosis, melanoma. La irritación crónica (alérgica o por instilación crónica de medicamentos tópicos) produce un característico depósito café en la conjuntiva bulbar. La anemia provocará un aspecto pálido y la ictericia dará el clásico color amarillento.
n) Concreciones.
Es la formación de aglomerados de calcio en la conjuntiva. Se observan de color blanquecino bien circunscritas y se asocian a blefaroconjuntivitis crónicas y pinguéculas.

El riesgo de lesiones oculares es mayor de lo que parece: Desde los párpados hasta la córnea, el cristalino, la retina o la propia conjuntiva, son susceptibles de padecer múltiples enfermedades. Orzuelos, queratitis, cataratas, iritis, glaucoma y conjuntivitis son algunas de ellas.

Algunos tipos de conjuntivitis tienen una marcada estacionalidad. Las de tipo alérgico se dan con mayor frecuencia en la primavera, mientras que la conjuntivitis catarral aguda va ligada a la estacionalidad propia del catarro y resfriados. El origen de estas es conocido y su tratamiento relativamente fácil.

La membrana de la conjuntiva está regada por el sistema linfático y contiene numerosos folículos linfoides, lo que explica la importancia que tiene en los procesos inflamatorios y alérgicos locales.

Las bacterias, el cloro de las piscinas, la contaminación y otros agentes externos, son las causas principales de la conjuntivitis más comunes, pudiendo producir sintomatología crónica o un proceso agudo pasajero. Ambas deben de taratrse para evitar complicaciones mayores.

La implantación del uso de ordenadores ha incrementado el número de pacientes con conjuntivitis. No es por el hecho de la emisión de radiaciones, (prácticamente inexistentes en los monitores de TV), sino por el efecto del esfuerzo necesario para el acoplamiento visual de la pantalla al teclado. Esto puede provocar enrojecimiento e inflamación de la membrana conjuntiva.

 

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