El Virus del Papiloma Humano (VPH) es una de las enfermedades de transmisión sexual (ETS) de mayor prevalencia. Lo cierto, es que entre un 75 y un 80 por ciento de las personas sexualmente activas entrarán en contacto con el virus en algún momento de su vida, tal y como se puso de manifiesto durante la cuarta edición de ‘Desayunos con prevención’, promovidos por Sanofi Pasteur MSD.
Este virus afecta tanto a mujeres como a hombres —y ambos pueden transmitirla— y se asocia al desarrollo de cáncer de cuello de útero (CCU), ano, pene, vagina y vulva, además de verrugas anogenitales y papilomatosis respiratoria recurrente, explicó Marta Reyes, directora de Comunicación de Sanofi Pasteur MSD, con motivo del Día Europeo de la Salud Sexual (14 de febrero). En la actualidad, más de 290 millones de mujeres están infectadas. Los tipos de VHP más frecuentes son el 16 y el 18; estos «son los causantes de un 74 por ciento de los casos de CCU», apuntó.
A su vez, Daniel Andía, jefe de la Sección de Ginecología del Hospital Universitario de Basurto (Bilbao), habló de los resultados del estudio ‘Cleopatre’, donde se vio que el rango de edad donde se dan más casos de infecciones por VPH es en mujeres de entre 18 y 25 años (28,8 por ciento). Entre 26 y 45 años ocurrió en un 13,4 por ciento y a partir de los 46 años y hasta los 65, en un 7,9 por ciento. Este es el colectivo que más le preocupa al especialista, quien aseguró que este tercer grupo es el que mayores dificultades entraña y, por tanto, «mayor riesgo de lesiones precancerosas». También los hombres solteros de hasta 55 años, sin pareja estable y abierto a nuevas relaciones sexuales sería un colectivo susceptible de vacunarse para «protegerse frente a verrugas genitales y al cáncer anal, así como para disminuir la transmisión del VPH», añadió.
Andía recordó la importancia de las técnicas de screening y de las citologías, aunque reconoció que cada comunidad autónoma tiene unos protocolos y que no necesariamente son coincidentes.
Para prevenir la infección, Esther Redondo, coordinadora de actividades preventivas de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), advirtió de que la estrategia «más segura y eficaz» es la vacunación. Para controlar la expansión del VPH lo mejor es, en palabras de Redondo, «entender y valorar que disponemos de vacnas preventivas y no terapéuticas y que su máxima eficacia se obtiene en niñas y niños antes de que inicien relaciones sexuales».
Esta vacuna ha sido recomendada por las principales organizaciones de salud. «Todas ellas, tras los contínuos controles y revisiones realizados desde su autorización en 2006 coinciden en señalar que son seguras, bien toleradas y altamente eficaces frente a la prevención de la infección por VPH, presentando un balance riesgo-beneficio muy favorable a la vacunación», subrayó la coordinadora de actividades preventivas de Semergen.