Es un dolor, tensión muscular o rigidez aguda o crónica, localizado por debajo de la parrilla costal y por encima de los pliegues glúteos inferiores, con o sin dolor en la pierna.

Epidemiología

Es una de las dolencias más frecuentes que afecta a más de 70% de la población, alguna vez en su vida y más de la mitad son mayores de 60 años. La incidencia es mayor en hombres entre los 35 y 55 años.

El 90% de los episodios son de naturaleza benigna, remiten a las 6 semanas y menos del 7% se cronifican. Un porcentaje elevado de casos no puede atribuirse a una causa concreta, ni grave (lumbalgia inespecífica), e resto corresponde a neoplasia (1%), fractura por aplastamiento (4%), protusión y hernia discal (2%), infección, espondilitis anquilosante, síndrome de la cola de caballo, estenosis de canal.

La carga económica es muy elevada, sin embargo, el número de lesiones traumáticas de columna de origen laboral está descendiendo, quizá porque existe un mayor conocimiento del problema y las medidas preventivas han mejorado.

La evolución del dolor lumbar (incluyendo recidivas) es en general satisfactoria, con mejoría dentro de las 4-6 primeras semanas. No obstante, son frecuentes las recurrencias, desarrollando síntomas crónicos un 10-15% de los pacientes.

Tipos de dolor

  • Local. Es el más frecuente y suele ser a causa de un esguince muscular, distensión u otra lesión. Puede ser constante y de poca intensidad o, en ocasiones, intermitente y agudo. Se puede agravar o aliviar con los cambios de posición. Pueden producirse espasmos musculares.
  • Irradiado. Dolor sordo que se extiende desde la zona lumbar hacia la pierna. Puede ser agudo e intenso. Afecta a la parte lateral o posterior de la pierna, no a toda la extremidad y prolongarse hasta el pie o solo hasta la rodilla. Suele producirse debido a la compresión de una raíz nerviosa originada por trastornos tales como, una hernia discal, artrosis o estenosis vertebral. Puede desencadenarlo el toser, estornudar, levantar peso o inclinarse hacia adelante manteniendo las piernas estiradas. Si la presión sobre la raíz nerviosa es intensa o si la médula también está comprimida, el dolor se puede acompañar de debilidad muscular, sensación de hormigueo, pérdida de sensibilidad, incontinencia fecal y urinaria.
  • Dolor referido. Se emplaza en una ubicación diferente a la causa del dolor. En la zona lumbar tiende a ser profundo e intenso, y su localización exacta es difícil de precisar. Los movimientos no suelen empeorarlo, a diferencia del dolor lumbar debido a trastornos músculo-esqueléticos.

Formas de dolor lumbar

a.- Síndrome de dolor lumbar puro (SDLP).

o   Localizado en la zona lumbar, de tipo axial o paravertebral,

o   Uni o bilateral,

o   Dolor en franja o cinturón,

o   Dolor puede irradiar a sacroilíacas o glúteos no sobrepasando su plegue distal.

o   El dolor se asocia a contractura muscular y rigidez vertebral.

b.- Síndrome de dolor lumbociático (SDLC).

o   A la lumbalgia descrita anteriormente se asocia una irradiación que sobrepasa el pliegue glúteo.

o   Prácticamente siempre unilateral

o   Dependiendo de la intensidad se agota en la rodilla o continúa hasta el pie

o   Es debido a compresión de nervios que salen del segmento lumbar

c.- Síndrome de dolor claudicación neural intermitente (CSNI)

o   Dolor a medida que la actividad progresa, lo que le obliga a detenerse en ante flexión.

o   En mayores de 65 años

o   Espondiloartrosis lumbar difusa

o   Habitualmente debida a estenosis del canal.

d.- Síndrome de dolor lumbar atípico (SDLA)

Signos de alarma

Ciertos síntomas y las características del dolor pueden ser preocupantes y son causa de consulta médica. Entre estos se incluyen los siguientes:

  • Antecedentes de cáncer
  • Dolor que se prolonga durante más de 6 semanas
  • Entumecimiento, debilidad en una o ambas piernas, dificultad para vaciar la vejiga, incontinencia renal o intestinal (síntomas que sugieren daño nervioso)
  • Fiebre
  • Pérdida de peso
  • Dolor nocturno intenso
  • Dolor en personas mayores de 55 años sin una explicación evidente
  • Empleo de fármacos inmunosupresores, infección por VIH, uso de fármacos por vía parenteral, cirugía reciente o una herida (por riesgo de infección)
  • Dificultad respiratoria, palidez, mareos, sudoración repentina, palpitaciones o pérdida de la consciencia (síntomas de aneurisma aórtico abdominal)
  • Vómitos, dolor abdominal intenso o heces de color negro o sanguinolientas
  • Dificultad para orinar, sangre en la orina o dolor intenso de tipo cólico en un único lado y que irradia hacia la ingle (trastorno de las vías urinarias).

Alteraciones y causas de dolor en la columna vertebral

Las más frecuentes son:

Causas y características del dolor lumbar

Causas frecuentes Características comunes
Esguinces y distensiones Dolor que:

A menudo se produce en uno o ambos lados de la columna

Empeora con el movimiento y disminuye con el reposo

Se produce al levantarse, inclinarse o girarse

Artrosis, a veces con compresión de una raíz nerviosa espinal Dolor en el centro de la espalda que a veces:

Baja por una pierna

Se acompaña de entumecimiento y/o debilidad

Empeora al toser, estornudar o hacer esfuerzos

Habitual en ancianos con dolor y/o deformidades en otras articulaciones

Fracturas por compresión Dolor en el centro de la espalda que a veces comienza de forma súbita

Habitual en ancianos o en personas con osteoporosis

Hernia de disco, por lo general con compresión de una raíz nerviosa Dolor en el centro de la espalda que generalmente:

Baja por una pierna

Se acompaña de entumecimiento y/o debilidad

Estenosis vertebral (o raquídea) lumbar Dolor en el centro de la espalda que:

Empeora al enderezar la espalda

Se alivia al inclinarse hacia delante

Puede irradiarse a una o ambas piernas

Por lo general en ancianos

Espondilolistesis, a veces con compresión de una raíz nerviosa Dolor en el centro de la espalda que a veces:

Baja por una pierna

Se acompaña de entumecimiento y/o debilidad

Empeora al toser, estornudar o hacer esfuerzos

Fibromialgia Dolor y rigidez en muchas áreas del cuerpo

Zonas doloridas sensibles al tacto

A menudo perturba el sueño

Más frecuente en mujeres entre 20 y 50 años

Prevención

Práctica de ejercicio aeróbico (nadar, caminar) de forma regular.

Ejercicios de fortalecimiento y estiramiento muscular de abdomen, glúteos y espalda que ayudan a estabilizar la columna vertebral y a disminuir las tensiones que sufren los discos que amortiguan la columna y los ligamentos que la mantienen en su posición.

Los ejercicios de estiramiento pueden aumentar el dolor de espalda en algunas personas, por lo que deben realizarse con precaución. Como norma general, se debe suspender cualquier ejercicio que origine o incremente el dolor de espalda. Los ejercicios deben repetirse hasta que la persona perciba que sus músculos están moderadamente fatigados, pero no totalmente extenuados. Las personas con dolor de espalda deben consultar con un médico antes de comenzar a practicar ejercicio.

Mantener una buena postura cuando se está de pie o sentado disminuye la tensión en la espalda (evitar estar encogido). Los asientos se deben colocar a una altura que permita que los pies estén apoyados en el suelo y no con las piernas cruzadas, con las rodillas ligeramente dobladas y la región lumbar apoyada contra el respaldo de la silla. Si la silla no proporciona apoyo a la región lumbar, se puede colocar una almohada en el respaldo. Hay que evitar estar de pie o sentado durante periodos prolongados.

Dormir en una postura cómoda sobre un colchón duro. Si se duerme boca arriba se puede colocar una almohada debajo de las rodillas. Si se duerme de lado se debe utilizar una almohada para apoyar la cabeza en una posición neutra (ni inclinada hacia la cama ni hacia el techo). Se debe colocar otra almohada entre las rodillas manteniendo las caderas y rodillas ligeramente flexionadas.

Aprender cómo levantar los objetos correctamente ayuda a prevenir las lesiones de la espalda. Las caderas deben estar alineadas con los hombros. Para alcanzar un objeto del suelo no se debe doblar la espalda manteniendo las piernas casi estiradas. En su lugar, se deben flexionar las caderas y las rodillas. De este modo se mantiene recta la columna, lo que permite alcanzar el objeto manteniendo los codos al costado. A continuación, se puede levantar el objeto estirando las piernas. De esta manera, son las piernas y no la espalda las que levantan el objeto. Cuando se manipulan objetos por encima de la cabeza o se rota el tronco al levantar cargas, el riesgo de lesiones de espalda aumenta.

Tratamiento

Medidas generales

Estas medidas son:

·       Modificación de las actividades

·       Analgésicos

·       Aplicación de calor o frío en el área del dolor

·       Ejercicios

El tratamiento comienza evitando las actividades que sobrecargan la columna y producen dolor (levantar objetos pesados y agacharse). El reposo no acelera la desaparición del dolor, y muchos expertos recomiendan continuar con una actividad ligera. Si para aliviar el dolor intenso es necesario reposo en cama, este no debe prolongarse más de 1 o 2 días. Si el reposo en cama se prolonga, se debilita la musculatura del tronco y aumenta la rigidez, lo que empeora el dolor lumbar y retrasa la recuperación. Las órtesis lumbares y la tracción no son útiles. La tracción puede enlentecer la recuperación.

La aplicación de calor o frío puede ser útil. Durante los primeros 2 días después de una lesión suele ser preferible el frío antes que el calor. Se aplica cada 4 horas y al menos durante 10´. Este proceso puede repetirse varias veces durante las primeras 24 horas. Se puede aplicar calor, utilizando una almohadilla caliente, durante los mismos periodos de tiempo.

El masaje puede acelerar la resolución del dolor musculoesquelético debido a espasmos musculares, distensiones o esguinces. Algunos estudios sugieren que la acupuntura proporciona beneficios similares, pero otros sugieren que aporta poco o ningún beneficio. La manipulación de la columna vertebral, realizada por quiroprácticos o osteópatas, acelera la desaparición del dolor debido a espasmos musculares, distensiones, o contracturas. Sin embargo, puede comportar riesgos en pacientes con osteoporosis o con hernias de disco.

Se deben continuar o iniciar otras medidas preventivas (mantener una buena higiene postural, utilizar un colchón duro con almohadas colocadas de forma apropiada, levantar los objetos de forma adecuada y dejar de fumar). Como resultado de estas medidas, la mayoría de los episodios de dolor lumbar se resuelven en un periodo de tiempo que va desde varios días a 2 semanas. Con independencia del tratamiento, del 80 al 90% de estos episodios se resuelve en unas 6 semanas.

Tratamiento del dolor crónico

En caso de dolor lumbar crónico son necesarias medidas adicionales. Es beneficioso el ejercicio aeróbico y perder peso. Si los analgésicos no son efectivos, se pueden considerar otros tratamientos.

Puede usarse la neuroestimulación eléctrica transcutánea (TENS) o electroestimuladores (EMS).

El dispositivo TENS produce una suave sensación de hormigueo mediante la generación de una corriente oscilante de baja intensidad. Esta corriente puede bloquear la transmisión de cierta sensación de dolor desde la médula espinal hasta el cerebro. La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea se aplica a la zona dolorida varias veces al día, desde 20 minutos hasta varias horas cada vez, dependiendo de la intensidad del dolor.

Los dispositivos EMS (estimulación muscular eléctrica) se emplean en rehabilitación y para apoyar la capacitación en deportes competitivos durante décadas.

Los EMS producen una contracción muscular intensiva y eficaz.

En rehabilitación, los EMS pueden crear respuestas motoras en pacientes con capacidad deteriorada o perdida para la actividad muscular voluntaria.

EMS se emplea en:

·       Facilitación neuromuscular

·       Reeducación muscular

·       Entrenamiento de los músculos

·       Prevención/reducción de la atrofia/hipotrofia

·       Prevención de la debilidad muscular postoperatoria

·       Reducción de la espasticidad

·       Mantener o aumentar la gama de movimiento

·       Formación del daño al nervio periférico parcial con signos de re-inervación

·       Tratamiento de la escoliosis

·       Tratamiento de la incontinencia

Conceptos clave

·       El dolor lumbar (lumbalgia, lumbago) es muy frecuente y generalmente está producida por un trastorno musculoesquelético de la columna vertebral, además de otros factores, como la fatiga, la obesidad y la falta de ejercicio.

·       En los jóvenes, el dolor lumbar rara vez es grave, y las pruebas de imagen generalmente son innecesarias a menos que los síntomas persistan durante semanas.

·       Las personas con signos de alarma o que son mayores de 55 años deben acudir al médico sin demora.

·       Fortalecer los músculos abdominales y los músculos de la espalda (músculos paravertebrales) puede ayudar a prevenir los tipos más frecuentes de dolor lumbar.

·       Para aliviar la mayor parte de los dolores lumbares, es suficiente en muchos casos no realizar actividades que sobrecarguen la espalda, tomar analgésicos y aplicar hielo o calor.

·       El reposo prolongado en cama y la tracción pueden retrasar la recuperación.